Cuando seas mayor, dirás si eres niño o niña: así se cría a un bebé en el género no binario
Se trata de poner los medios para que las decisiones que tome sean lo más libres posibles, apuntan desde Euforia
No revelar el sexo de la criatura, optar por un nombre neutro o huir de los rituales sociales, son parte de las propuestas de Carola Alonso
Camilo y Evaluna educan a su bebé con género no binario: Índigo elegirá ser hombre o mujer
El bebé de Evaluna y Camilo acaba de cumplir nueve meses. Índigo nació con genitales femeninos, pero sus padres ya han decidido que no le van a tratar como si fuera una niña o un niño, sino que lo harán en un género no binario. Es decir, van a tratar a Índigo sin etiquetas de género.
La idea de la pareja es que sea “Indi” quien decida de la manera más autónoma posible, a medida que vaya creciendo, su identidad. Pero, ¿cómo se puede hacer esto, cómo se cría a un bebé en el género no binario? ¿Si no se es hombre o mujer, qué se es?
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La cuestión no es sencilla, pero tampoco cuesta encontrar fuentes de referencia donde se detalla cómo hacerlo y cómo responder a estas cuestiones. Así lo explica a NIUS Carola Alonso, expresidenta de Chrysallis. En la actualidad, la productora forma parte de Euforia, asociación de familias trans-aliadas. Una organización que tiene por bandera la máxima de la escritora Bel Olid de que “puedes hablar con las criaturas de una manera que no las marque, que no les cuentes cómo deben ser”. Según Carola Alonso, para criar a un bebé en un género no binario se puede empezar por:
- No revelar el sexo de la criatura. “Cuando se está embarazada y preguntan: ¿qué es niño o niña?, contestar: no lo sé, todavía no habla”. “Ser hombre o mujer es algo mucho más complejo que una parte de nuestro cuerpo, es algo que no definen ni determinan nuestros genitales”.
- Optar por un nombre lo más neutro posible, como por ejemplo Índigo. De forma que a la persona no le cueste identificarse con él.
- Descartar los rituales o "performance sociales" que muestran a las personas como hombres o mujeres: pendientes, colores, lazos, cortes de pelo, ropa, juguetes…
- Evitar, en la medida de lo posible, los pronombres masculinos o femeninos. Intentar hacer uso de un lenguaje inclusivo para no “mal generizar” a una parte de la sociedad. “En chiques jóvenes les escucho y me encanta porque cada vez lo incorporan más y lo hacen de forma natural”, asegura Carola a NIUS.
- Dar espacio y dejar que la persona se exprese como quiera. “En mi caso, mi hijo con ocho años me dijo que él no era ni un niño ni una niña, y yo dije: pues vale, yo le di la importancia que tenía, nunca le dije: cállate”.
- Trabajar con el entorno e informarle de que se ha optado por llevar a cabo una crianza respetuosa con la persona, de forma que todo vaya en coherencia y que, por ejemplo, no se regalen cosas estereotipadas. “Si no quieren acompañar, vale, pero por lo menos que respeten esta decisión”.
- Permitir que tenga acceso a todo, no solo a lo que la sociedad determina que le corresponde por ser un niño o una niña. “El ejemplo más claro son las tiendas de ropa, divididas normalmente por masculino o femenino”, explica la expresidenta de Chrysallis.
- Ampliar las referencias y mostrar también libros, cuentos o historias de personas con identidades no normativas. “Para niñes muy pequeñes ya hay cuentos de personas no binarias, de personas trans célebres del mundo de la cultura o del deporte para que la persona pueda tener una mirada más amplia”, asegura.
Una crianza libre de las "imposiciones de género"
"No se educa a la persona en el género no binario porque eso sería dirigir su vida, lo que se hace es poner los medios para que las decisiones que tome sean lo más libres posibles, evitando el peso de una identidad preestablecida", recalca Saida García, vicepresidenta de Euforia. En realidad, parece complejo, pero es algo muy sencillo, coincide Carola Alonso. “Consiste en entender que las personas que traemos al mundo no son de nuestra propiedad, sino que tienen que crecer en libertad y que esa libertad comienza desde casa pudiendo expresarse con su verdadera identidad”. Una identidad que no se elige, subraya la madre de Álex, sino que se es.
En su caso, Carola contó con el apoyo del padre de Álex, aunque encontró resistencias "y muchas" por parte de la familia. Alex fue asignada niña al nacer, pero Carola nunca siguió los "rituales". Nunca le puso pendientes, no le vestía de rosa. Ella le ponía ropa adecuada, abrigada en invierno y fresca para el verano de Sevilla, pero de todo tipo de colores. Tampoco lazos, ni juguetes, ni pintó de rosa su cuarto. Carola Alonso optó por desterrar todo aquello que pudiera decantar su identidad. “Quería que mi hijo creciera libre de todas estas imposiciones de género”. Y así lo hizo. Hoy Álex es un adolescente trans de 17 años.
¿Padres "transexualizadores"?
Pensar que la decisión de unos padres “permisivos” pueda volver “loco al niño”, y que son los progenitores los que “transexualizan” a las criaturas es no saber que “no se puede influenciar la identidad de una persona”, recalca Carola. “Por mucho que se quiera, tú lo único que puedes hacer es dar espacio a las personas para que estas expresen su identidad en libertad, porque la identidad es la que es y se va abrir camino, así que dejémosles que la muestren desde el amor, el respeto y el conocimiento”.
La gente no se debe alarmar, asegura Alonso, “pasa mucho y no es para tanto”. De lo único que se trata es de ser personas “auténticas y libres”, lo que pasa es que cuesta salir de esa visión establecida de una sociedad binaria. Su caso, asegura, es un buen ejemplo de la “importancia de las referencias”, porque hace 17 años no había tanta gente famosa como ahora: Camilo y Evaluna, Brad Pitt y Angelina Jolie o Charlize Theron, criando a sus hijos de forma no binaria. “Decir ahora que es que está de moda ser trans es como cuando se decía que estaba de moda ser maricón, ahora no es que haya más casos, sino que hay menos miedo, más libertad, más referencias y mayor visibilidad”. Una libertad por la que su hijo Álex nunca le ha dado abiertamente las gracias, aunque Carola sabe que se siente "muy orgulloso" de su madre.