Miles de personas tomarán esta Nochevieja las uvas de la suerte en la Puerta del Sol de Madrid, aunque este año con un aforo más reducido por las obras que se están realizando, no por la pandemia.
Quedan pocas horas para que suenen desde allí las campanadas y todo está prácticamente listo para despedir este 2022, incluida la maquinaria del reloj de la torre de la Puerta del Sol, desde donde la mayoría de televisiones nacionales emiten el cambio de año.
Jesús López-Terradas es el relojero encargado de poner todo a punto y este año cumplirá su vigesimoctava Nochevieja a cargo del reloj. Con un móvil en la mano y un sencillo reloj digital en la otra, el relojero de la Puerta del Sol controla “el segundo exacto” y sería “muy raro que fallaran todos los sistemas”.
Es una maquinaria del siglo XIX poco precisa que hay que ajustar con los métodos que sea, hasta con una radio. “Casi todas las emisoras de radio tienen sus señales horarias”, dice.
Durante todo el año sube estas escaleras dos veces por semana, y ahora en fiestas “casi todos los días” porque al reloj más famoso de la Navidad no le sienta nada bien el frío. De hecho, “la contracción de los materiales tiende a adelantar” cuatro segundos al mes.
Por eso, la precisión para que todos hagamos lo mismo a la vez es fundamental. Cada uno de los carros mueve las horas, los minutos y segundos. La bola va aparte y se activa manualmente, 28 segundos antes de las doce.
En total, seis relojeros siempre se toman las uvas con el año arrancado desde la torre ara evitar contratiempos. “Claro que puede pasar algo”, pero el reloj de la Puerta del Sol nunca ha fallado.