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Elena tenía 33 años y estaba embarazada. Solo le quedaban unos días para dar a luz. Este miércoles por la tarde fue asesinada presuntamente por su expareja en su vivienda de Escalona (Toledo), en presencia de los dos hijos de ambos, de 14 y 15 años. Fue Rocío quien llamó al 112 para alertar de que su padre había acuchillado a su madre. La pareja se había separado aunque seguía manteniendo la convivencia en el domicilio familiar, en una vivienda situada en el número 232 de la calle Cala Salions.
Sus amigos la describen como una mujer alegre y aseguran que tenía miedo de su asesino, Juan José Sánchez Alcalde, de 53 años. Se gana la vida como chatarrero. Ella le había denunciado en el año 2009 por malos tratos. El hombre acumulaba una larga lista de antecedentes. Incluso había estado durante un tiempo en la cárcel.
"Él le había dicho conmigo o con nadie. No soportaba la idea de que ella hubiera rehecho su vida y esperara un bebé con otro hombre", asegura Jesús, quien conocía a la fallecida desde la infancia. Se habían criado juntos en la localidad madrileña de Móstoles.
Ese pudo ser el desencadenante de la tragedia. Elena "no había hecho ningún requerimiento de atención de los servicios sociales, del centro de la mujer, Policía Local o Guardia Civil. Desconocíamos que existieran problemas actualmente entre ellos y que fuera a acabar de la manera tan trágica", ha indicado el alcalde de la localidad, Álvaro Gutiérrez Prieto.
Cuando llegaron los servicios de emergencias, Juan José estaba muy agresivo, tenía el arma en las manos y no permitía el acceso de los sanitarios a la vivienda.
Los agentes del instituto armado tuvieron que reducirle antes de proceder al arresto mientras los médicos intentaban extraer el feto: "Fue un espectáculo dantesco, tratando de salvar la vida del bebé con una cesárea in extremis. Aunque como resultado también acabó falleciendo.
"No hay palabras para describir la situación", ha dicho el edil. Este mediodía han convocado a los vecinos a una concentración para condenar este crimen machista a la que han acudido decenas de personas, a pesar de la lluvia.