Una mujer de San Sebastián es indemnizada con 100.000 euros por los ruidos que afectaban a su centro de yoga

Ana regentaba un centro de Yoga en San Sebastián, allí sus clientes acudían a relajarse y meditar tranquilamente. Pero de la noche a la mañana, la paz que reinaba en su local, cambió hace cuatro años, lo que debía sonar a calma y música relajante se cambió por el ruido atronador de la radial, el martillo pilón y las excavadoras. Habían comenzado unas obras en el metro de San Sebastián, a escasos metros de centro, y el ambiente de relajación que procuraba tener Ana en su local se alteró. Tras mucho esfuerzo, y sobre todo, tras no darse por vencida, consiguió que los tribunales le diesen la razón. Tras este fallo, la mujer podrá seguir tranquilamente con su negocio, así como recibirá una indemnización de cien mil euros.

El "tacatacata" se colaba sin descanso en el centro y hacía imposible la meditación. Las malas vibraciones afectaron a su negocio. "Era imposible trabajar", asegura la afectada, al igual que sus clientes tampoco conseguían poder estar tranquilos y relajarse, "de la noche a la mañana mi negocio se pierde". Los clientes empezaron a irse. Para frenar esto y no acabar de perder su negocio, Ana se vio en la obligación de tener que alquilar otro local y reacondicionarlo, con el sobrecoste que esto supuso para la empresaria.

La indemnizada reclamó ante las instituciones el sobrecoste que le habían producido las reformas en el metro

Ana vio este acto como una injusticia, por lo que procedió a realizar una reclamación ante los organismos públicos para exigirle el reintegro de los nuevos costes. Pero sí que se hizo un silencio institucional. Ella reclamaba el coste de las obras de acondicionamiento del nuevo local y el exceso del alquiler que este suponía. Pero las instituciones se negaron. Ana cansada, llevó su caso ante los tribunales y tras comprobar que el ruido superaba los límites permitidos por el ordenamiento jurídico, la justicia ha fallado a su favor y el gobierno vasco deberá indemnizarla con casi cien mil euros. Ahora tras ganar la batalla judicial ya puede relajarse tranquilamente con sus clientes practicando yoga.