La familia de Sandra Bermejo sigue desesperada por encontrar alguna pista que lleve al paradero de la psicóloga casi dos meses después de su desaparición.
Después de que el pasado viernes 24 las autoridades confirmaran que los restos hallados en torno del Cabo Peñas en Gozón no correspondían con Sandra, la familia mantiene la esperanza de que la joven siga con vida.
Los allegados de Sandra insisten en que la mujer no “estaba sola” en el momento de su desaparición, según afirma El Comercio, por lo que relacionan la desaparición con una tercera persona.
Joaquín Amills, portavoz de SOS Desaparecidos, apoya la teoría de la familia sobre la implicación de otra persona en la desaparición de la joven, un hecho que choca directamente con la principal hipótesis de la policía.
Su entorno señala que la joven era una persona alegre, que no había mostrado síntomas de encontrarse mal, y que tenía una vida activa y con planes de futuro: las horas previas a su desaparición tenía programada una videollamada con su familia, había hecho una compra en su casa y había quedado con una amiga para ir al teatro.
Sandra Bermejo, psicóloga madrileña afincada en Gijón, despareció el pasado 8 de noviembre y se le perdió la pista cuando fue a pasear al Cabo de Peñas, lugar en el que fue localizado su vehículo.
La Policía ha buscado por mar y por tierra sin haber dado con el paradero de la mujer y manteniendo como principal hipótesis una desaparición voluntaria o accidente.
La última localización del móvil la sitúa en el Cabo Peñas el martes 8 a las cinco de la tarde. Ese día el tiempo precisamente la lluvia pudo haber facilitado que la joven sufriera un accidente y cayera por alguno de los acantilados, según mantienen las autoridades en una de sus hipótesis.