El cadáver de Mohamed, el niño de ocho años asesinado en Ceuta, tenía huellas dactilares de tres personas, según ha afirmado este jueves Jalid Ali Amar, portavoz de la familia. Los agentes de la Policía Nacional, que se encuentran investigando, tratan de averiguar a quién pertenecen y no se descarta ninguna hipótesis, que se trate de personas mayores de edad o incluso de menores.
La familia sí ha confirmado que se ensañaron con el cuerpo del niño, que presentaba múltiples contusiones. De hecho, la autopsia ya ha revelado que no falleció de forma accidental y que presuntamente la muerte se produjo como consecuencia de un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente.
Los investigadores han recogido numerosas muestras de ADN que se están analizando, aunque los resultados tardarán, y están visionando las grabaciones de las cámaras de diferentes puntos y establecimientos de la ciudad autónoma.