El descontrol de la covid en China pone en duda el fin de la pandemia en el mundo. Lo advierte la OMS, a la vista de la ola de covid que sufre el país asiático. "La pregunta es si se puede llamar pospandemia cuando una parte tan importante del mundo está entrando en su segunda ola", advierte la viróloga de la OMS Marion Koopmans.
Hablamos de una ola que amenaza con contagiar al 60% de la población china, es decir, a 800 millones de personas: 1 de cada 10 habitantes del mundo. El virus podría dejar un millón de muertos en ese país. Son las conclusiones de varios modelos predictivos realizados por epidemiólogos en diferentes partes del mundo. Y los propios sanitarios de ese país avisan de la situación límite que están viviendo. "La situación en China es un desastre total", confirma a NIUS el epidemiólogo y ex directivo de la OMS Daniel López Acuña, que está en contacto con fuentes diplomáticas en ese país. "Me comentan que la situación es desastrosa, el colapso asistencial enorme, los contagios multiplicados, las bajas laborales enormes y la mortalidad elevada".
¿Qué implicaciones puede tener esto en el resto del mundo? Preocupan, sobre todo, dos cosas: la exportación de casos, que genere una hipotética explosión de covid fuera de China, y la posible generación de alguna nueva variante, como consecuencia de ese contagio masivo de la población.
Después de tres años con férreas medidas de contención (confinamientos, cuarentenas y cribados masivos), la política ‘covid cero’ de China ha saltado por los aires. El SARS-CoV-2 se está propagando rápidamente por todo el país y la variante que domina los contagios, la BF7, es uno de los nuevos sublinajes de ómicron. Es más evasiva y transmisible todavía que las anteriores. Lo que estamos viendo ahora puede ser sólo el anticipo de lo que está por venir.
“Un país de 1.400 millones de personas puede tener millones de casos al día, eso es posible”, advierte el epidemiólogo Quique Bassat. Aunque, en su opinión, no cree que ocurra, porque esta segunda ola china les llega en un momento en que se dispone ya de muchas herramientas para hacerle frente. “No creo que haya los miles y miles de muertes que tuvimos al día en el mundo (en la segunda ola), en su equivalente poblacional en China. La situación es muy diferente a la de entonces”.
El inmunólogo Marcos López Hoyos no lo ve tan claro. “No sabemos el nivel de inmunización que tienen, pero está claro que no se han expuesto tanto al virus, no han generado tanta inmunidad natural. Y la tasa de población vacunada ha sido muy baja, y con vacunas con un nivel de protección más bajo que las de ARNm”. Coincide con él López Acuña. "Con la densidad de población que tiene China, los índices de reproducción son altísimos y la velocidad de transmisión es muy acelerada". Cree este epidemiólogo que "veremos muchos casos, muchas hospitalizaciones, saturación de UCIs y muchos fallecimientos". Algo que ya están empezando a mostrar las redes sociales.
Pero, aunque los casos se siguieran disparando y comenzaran a salir del país de forma masiva, Bassat cree que no sería ni comparable a lo que vivimos al comienzo de la pandemia. “En enero de 2020, el coronavirus salió de China a una población mundial virgen”. Ahora, estamos todos vacunados y nos hemos infectado una o varias veces. “Lo que ha cambiado desde entonces es que ahora estamos todos protegidos”, explica también López Hoyos. “Lo que tienen allí es ómicron, y en España, por ejemplo, se ha infectado más del 65% de la población. Tenemos respuesta inmunitaria”, recuerda el presidente de la Sociedad Española de Inmunología. “A nivel de inmunidad, no tendríamos que estar tan preocupados”.
López Acuña, en cambio, cree que hay que mirar más allá de nuestras fronteras. "Con el trasiego de personas que existe en el mundo y la alta tasa de transmisión comunitaria, se corre un riesgo alto de desequilibrar la gestión de la pandemia y de finalizar la fase de emergencia". Cree que lo que ocurra en China "puede tener repercusiones en cascada en Europa, pero más aun en los países menos desarrollados, donde solo el 25% de la población esta vacunada. En materia de pandemias ningún país es una isla", advierte.
Los tres científicos coinciden en una cosa. El mayor riesgo que genera la situación en China es “la posible aparición de nuevas variantes, en un país donde tienes mucha gente vulnerable y puede haber una transmisión muy alta y muy explosiva”, dice Bassat. “El riesgo es que apareciera una nueva variante para la que las vacunas no estén preparadas”, advierten. “No veo problema con lo que está ocurriendo mientras no se genere una nueva variante que escape a la inmunidad”, advierte López Hoyos. ¿Cómo de elevado es ese riesgo?
“Cuando aumentan las infecciones, aumenta el riego de nuevas variantes. En China hay millones de personas que pueden estar inmunocomprometidas y en las que puede haber infecciones crónicas. Y es probable que, dada la elevada incidencia, varias de ellas se infecten. Por lo que el riesgo aumenta”. Lo advierte el experto en secuenciación de FISABIO Fernando González Candelas. ¿Cuánto aumenta? “Es imposible saberlo”.
Y es imposible, además, porque hablamos de China. “La vigilancia genómica que se está haciendo en China es muy baja, y su nivel de comunicación de esa vigilancia también es bajo”. China apenas envía secuencias a GISAID, el repositorio global de secuenciación que permite monitorizar la evolución de las distintas variantes en el mundo. “No hay forma de saber lo que hay, si no lo comunican ellos. Dependemos de lo que van informando los científicos”, advierte González Candelas.
Y hablamos de un proceso que no es inmediato, además. Desde que se genera una nueva variante hasta que es detectada suele pasar mucho tiempo. Si hablamos de China, puede pasar mucho más. “Al principio, con las nuevas variantes, no notas que sean muy diferentes, se nota más a nivel poblacional. Tendrían que tener muchísima más transmisión para que te dieras cuenta de que esa nueva variante es la que predomina”.
El experto en secuenciación insiste: el riesgo está en el aumento de infecciones crónicas en inmunodeprimidos. Porque ya ocurrió otras veces, así se generaron otras variantes anteriores. “El riesgo es que surjan nuevas variantes que se adapten todavía mejor a pacientes con un sistema inmunitario debilitado”.
De momento, tanto en China como fuera de China, “todo sigue siendo ómicron”. Pero hace tiempo que quienes siguen de cerca al virus, como González Candelas, advierten de que en cualquier momento puede llegar lo que el virólogo del Imperial College Tom Peacock denominó, en su día, “un caballo negro”: una nueva variante que nada tenga que ver con lo conocido hasta ahora.
“Estamos hablando de variantes nuevas, no de nuevos sublinajes de ómicron derivados de la que es más prevalente en China (la BF.7). Eso no sería novedoso ni peligroso”, explica González Candelas.
¿Puede que ese 'caballo negro' se genere ahora en China? “Ahora aumentan las probabilidades de que surja”, afirma González Candelas. Porque “le das más oportunidades al virus para que encuentre la manera de acumular mutaciones que lo hagan más transmisible, o más resistente”.
Recuerda el científico que, “con ómicron se había alcanzado una meseta adaptativa, casi todas sus subvariantes son aproximadamente iguales. Pero si una variante es capaz de sobreponerse a ellas, es sobreponerse a algo muy optimizado”. Es decir, el virus cada vez tiene más difícil seguir introduciendo mejoras, pero “ese riesgo ahora es mayor”.
Con la situación que se está viviendo en China, por tanto, “aumentamos esas posibilidades” de que se genere una nueva variante totalmente distinta de las anteriores. “Y hay que estar vigilantes”, advierte González Candelas. “Porque puede que aparezca y pase desapercibida durante semanas o meses. Y que, de pronto, encontremos una variante nueva que se detecta en cualquier otro país, aunque se haya desarrollado en China”.
Peacock también apunta esta posibilidad, aunque matiza que no hablamos de algo que pueda ocurrir a corto plazo. “La hipótesis actual sobre cómo creemos que surgen las variantes es (que vienen de) infecciones crónicas a largo plazo, que tal vez necesiten más de 1 año de tiempo de incubación”.
Si esto ocurre finalmente, si se genera una nueva variante en una de esas infecciones en China, la alerta podría llegar antes desde cualquier otro país. Si llega a Reino Unido, por ejemplo, o a Estados Unidos, es probable que ocurra así. “Ya pasó con delta”, recuerda González Candelas, que explica que estos países “son nodos importantes de comunicación genómica”. El epidemiólogo Quique Bassat advierte de otra cosa, además: “El virus puede volver a nosotros en cualquier momento, no solo desde China”.