La sonrisa que ven en la foto es la misma que ella trasmite al hablar con NIUS. A Laura Mosquera Mosquera le diagnosticaron un cáncer de mama triple negativo con 37 años, estaba casi en estadio 4. Fue, como dice ella, "un milagro" que lo detectaran casi por casualidad. "Todo ocurrió muy deprisa. Fui a una entrevista de trabajo, me cogieron y, en la revisión médica para el nuevo puesto, la médico me palpó el pecho, algo que no suele hacerse en estas revisiones, y me notó algo", dice esta gallega.
Empezaron las pruebas y las malas noticias. Era un triple negativo. Es el subtipo de cáncer de mama más agresivo y representa, aproximadamente, el 12 por ciento de todos los cánceres de mama. Se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres jóvenes y premenopáusicas. En concreto, la tasa de supervivencia a cinco años de este subtipo de cáncer de mama es del 29 por ciento, en comparación con más del 80 por ciento de otros tipos de cáncer de mama, y estos malos resultados suelen ir acompañados de una importante disminución de la calidad de vida, especialmente, en la enfermedad recidivante/refractaria.
"Yo solo le preguntaba a la oncóloga: 'Pero entonces, ¿cuánto tiempo voy a a estar así, cuándo me curo?". Era como si estuviera viviendo una película y yo no era la protagonista. Fue un momento muy complicado. Pensaba en mi madre, que murió de cáncer de mama; todo el rato le das vueltas al tema de la muerte, pero tienes que decidir aferrarte a la vida. Este cáncer no tiene cura y lo más difícil es asumirlo y aprender a vivir con ello. Si te hundes, estás perdida", cuenta Laura con una energía que trasmite ganas por vivir en cada palabra.
Aunque no siempre ha sido así. Empezó con inmunoterapia, y nada, el cáncer seguía creciendo. Segundo fármaco con quimioterapia, tampoco; tercer fármaco, nada, el cáncer se había extendido a los ganglios de la axila. Ya era metastásico. En este punto solo había dos opciones: entrar en un ensayo clínico o tomar Trodelvy. Es un fármaco de eficacia probada para el cáncer de mama triple negativo metastásico que ha demostrado que incrementa la supervivencia global en más del 70 por ciento y mejora significativamente la calidad de vida en comparación con la quimioterapia. Laura no era apta para el ensayo clínico y el Trodelvy no estaba dentro de la Seguridad Social. Cuesta 10.000 euros el ciclo y ni ella ni su familia podían hacer frente al coste.
Se oía hablar de que el Sistema Nacional de Salud (SNS) iba a financiar el Trodelvy, pero a partir del 1 de diciembre. Era septiembre de 2022 y Laura ya no tenía ni opciones ni tiempo. Su oncóloga removió cielo y tierra y consiguió que, a través de una fundación, la Seguridad Social financiara el medicamento a Laura, uno de los pocos casos en España. Laura tiene 39 años y ya había recibido tres tratamientos para su cáncer que no habían funcionado. Era perfecta para este fármaco. "Por suerte, o por lo que sea, me dijeron que sí".
"El Trodelvy a mí me ha cambiado la vida. Tengo una calidad de vida estupenda, físicamente me encuentro muy bien, voy al gimnasio. Nunca me imaginé que iba a poder estar como estoy ahora. Al principio estaba sin fuerzas y sin ganas, ahora reconozco que pongo mucho de mi parte pero encontrarte bien físicamente hace mucho para levantarte cada día con más energía".
Tras cuatro ciclos de Trodelvy, el TAC trajo las primera buenas noticias. Los ganglios afectados de la axila se habían reducido muy significativamente, en un 70%. "No me lo podía creer, cuarto tratamiento y sí estaba funcionando, por fin". El plan ahora es seguir con el Trodelvy puesto que por fin está dentro de la Seguridad Social. "Es tan buena noticia. La vida o la muerte de una paciente no la puede decidir el dinero. Si no hubiera tenido acceso al fármaco, no sé dónde estaría. Por eso, se necesita más investigación, más fármacos, más ayudas. Hemos dado un paso de gigante, pero muchas se han quedado por el camino. Si algo funciona y puede salvar la vida, no debería haber dudas".
Lo que buscan oncólogos y pacientes es la cronificación de la enfermedad, que termine siendo como una diabetes, por ejemplo. Sin cura, pero que se pueda llevar una vida normal con la mayor calidad posible. "Con el Trodelvy o con lo nuevo que venga, pero necesitamos tiempo que muchas veces no lo tenemos", dice esta joven.
"Ya se que el Trodelvy no es para siempre, el cuerpo se puede acostumbrar o que muten las células, pero, mientras eso pasa, hay que seguir adelante. Yo ahora me levanto y pienso qué me apetece hacer hoy, no estoy pensando siempre en los horarios, voy a mi ritmo. Mi madre murió de cáncer de mama hace 30 años y ella no tuvo esta calidad de vida que tengo yo ahora. Cualquier fármaco que salga para cualquier cáncer y que esté demostrado que funciona, debería estar en la SS, para que no quede nadie en el camino, para que todos tengamos las mismas oportunidades. Yo lo tengo claro, voy a ser feliz el rato que tenga", concluye Laura.
A partir del 1 de diciembre, el Sistema Nacional de Salud (SNS) dio luz verde a la financiación pública del tratamiento con 'Trodelvy' (sacituzumab govitecán) para los pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico (CMTNm), siempre que hayan recibido dos o más tratamientos sistémicos previos, al menos uno de ellos para la enfermedad avanzada.
Un análisis de seguimiento demostró mejorar la mediana de supervivencia libre de progresión en comparación con la quimioterapia en 4,8 frente a 1,7 meses y alargar la mediana de supervivencia global en casi cinco meses. De 6,9 meses sin el Trodelvy a 11,8 meses con este fármaco. La mediana significa que la mitad de las pacientes fallecen antes y la otra mitad fallece después. Además, la tasa de SG a dos años fue del 20,5 por ciento en el brazo de este fármaco, en comparación con el 5,5 por ciento en el brazo que recibió la quimioterapia seleccionada por los médicos.