En el verano de 2021 contamos la emotiva historia de Gladis. La boliviana que luchó contra viento y marea para conseguir traer a España a su hijo Daniel, enfermo de cáncer. Ella soñaba con que se curara en nuestro país. Y el joven, con vencer a la enfermedad para convertirse en piloto.
Gracias al coraje y la valentía de ambos Daniel llegó a Madrid hace un año. Ingresó de imediato en el Hospital Gregorio Marañón, donde los médicos han luchado desde entonces por sanarle. Le han regalado un año de esperanza, han conseguido liberarle de mucho dolor físico, pero a pesar de sus esfuerzos, el joven, de tan solo 25 años, no ha podido superar la metástasis con la que ya llegó al hospital.
Desde hace unas semanas Daniel se encuentra en Cuidados Paliativos de este centro, donde los profesionales que le atienden han iogrado que antes de marcharse cumpla al menos uno de sus sueños. Convertirse en 'piloto', aunque haya sido por un día.
La sorpesa ha sido posible gracias al personal del Hospital, a un aviador que ha colaborado de forma altruista, y al equipo del SUMMA 112 que ha participado en el traslado. Tania Álvarez, enfermera del joven, explica emocionada que “cuando me contó que su sueño era ser piloto, no lo dudé y comencé a buscar, junto con mis compañeros, la forma de hacerlo realidad. Contacté con asociaciones que me pusieron en contacto con un piloto dispuesto a volar con Daniel", relata. "Luego, desde el hospital, se coordinó todo el dispositivo para que el vuelo se pudiera realizar con todas las garantías de seguridad". "La verdad es que teníamos mucha ilusión en que saliera todo bien, como así ha sido".
Daniel ha podido subirse en una avioneta y volar alto y lejos, olvidando por un día su enfermedad. Agarrado a los mandos del avión y de su vida, por unos instantes ha vuelto a ser feliz. "En el hospital me están tratando muy bien, pero, a veces, necesitamos más que medicinas y yo quiero agradecer a todas las personas que me han ayudado a cumplir mi sueño, el de ser piloto, que ha sido una experiencia inolvidable y también a todos los que me cuidan a diario, que no es fácil", ha expresado Daniel, empeñado en que su sorpresa se diera a conocer "para agradecerles a todos su atención, cariño y dedicación".
"Poder organizar esta salida con Daniel nos ha llenado de alegría", confiesa María Luisa Solano, su médico de la Unidad de Cuidados Paliativos. "Además hemos visto que desde que le entregamos la gorra de aviador y le dijimos que iba a volar ha mejorado su estado anímico. Nosotros estamos acostumbrados a mantener o mejorar la calidad de vida de los pacientes y dar apoyo a sus familias, pero cumplir el sueño de uno de ellos y acompañarle, ha sido muy emocionante”.
“Cuando mi amiga Cristina Berry me llamó y me dijo que había un chico que quería volar, ni me lo pensé, le dije, que se venga", relata Ignacio de Córdoba, el piloto del aeródromo de Casarrubios del Monte (Toledo) que ha acompañado al joven paciente en su aventura. "Para mí ha sido muy gratificante conocer a Daniel y a todo el equipo del Hospital Gregorio Marañón y del SUMMA 112 que venían con él.
El Hospital Gregorio Marañón cuenta, desde el año 2010, con una Comisión de Humanización que ya venía trabajando desde años antes en el Hospital Materno Infantil. Según Sonia García de San José, gerente del hospital, “la asistencia con humanización se ha ido implantando en el centro poco a poco, gracias a la gran dedicación y vocación de nuestros profesionales. Ahora la hemos incorporado como estrategia y queremos que sea algo organizado, estructurado y transversal”.
"El objetivo es que la humanización impregne nuestro día a día y, para ello, debemos analizar los aspectos emocionales, físicos y sociales de cada paciente; tratarlo con calidez, respeto y atendiendo realmente a sus necesidades", añade la presidenta del Comité de Humanización del hospital, Nuria Mira. "Además, de contar con magníficos profesionales, en el hospital colaboramos con asociaciones de pacientes y fundaciones que nos aportan también muchas ideas para mejorar nuestra atención. En este caso, tenemos que agradecer la participación de Juegaterapia, del SUMMA 112 y de otras personas anónimas que han hecho realidad este sueño", destaca.