Eugenio García, el padre de Olivia, la niña de seis años presuntamente asesinada por su propia madre en Gijón el pasado mes de octubre, declara este lunes ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Segovia, donde deberá revivir el caso relatando los entresijos de su tortuosa relación, incluyendo la lucha por la custodia de la niña, que habría sido el detonante del terrible crimen: “Antes que entregársela a él, la mato”.
Eugenio pasó seis años y medio de relación con su exmujer, Noemí Martínez, de la que se separó cuando Olivia apenas tenía poco más de un año. Desde entonces, entre ambos no cesaba el conflicto. El progenitor llegó a recibir una veintena de denuncias suyas y, tal como relatan desde su entorno, ella llegó a “amargarle la existencia”.
Enfrentados también por la custodia, la última sentencia daba la razón a Eugenio, y en ello fue clave que la progenitora se llevase por su cuenta a la niña a vivir a Gijón con el único objetivo de alejarla de su padre tras abandonar Segovia, dado que no tenía vinculación alguna con la localidad asturiana y primaba el arraigo de la menor. Por esto, la sentencia señalaba que la custodia debía ser para Eugenio, algo que ella no estaba dispuesta a permitir.
Olivia murió tras suministrarle un cóctel letal de tranquilizantes
Lo dejaba claro un perturbador mensaje que recibió Guillermo, el hermano de la acusada, –también citado a declarar hoy–, quien dio el aviso a las autoridades tras leerlo: “Antes que entregársela a él, la mato”, le dijo, y desde ese momento no pudo volver a contactar con ella.
Los investigadores creen, de hecho, que cuando Noemí mandó ese mensaje ya había matado a su hija. Para ello se apoyan también en los informes de la autopsia, que sugieren que la progenitora habría convivido con el cadáver de Olivia un día entero, desde el sábado 29 de octubre hasta el domingo 30, cuando las autoridades accedieron al domicilio en que vivían y encontraron el cuerpo sin vida de la pequeña. Ella, por su parte, estaba junto a la niña en una cama, consciente, aunque sedada por las pastillas que había ingerido.
Según la autopsia, Olivia ingirió un cóctel letal de tranquilizantes que su madre, presuntamente, le suministró.
La madre de Olivia, impasible tras ser detenida
Cuando encontraron a Noemí junto al cadáver de su hija, tuvieron que llevarla al Hospital de Jove, donde tras recibir el alta fue trasladada a los calabozos. Impasible tras acabar con la vida de la niña, “pasó la primera noche como si la cosa no fuera con ella”.
De 48 años y en tratamiento psiquiátrico, tenía la custodia de la pequeña desde que se separó de Eugenio en 2016, pero justo antes de acabar con la vida de Olivia eso cambió. Se la dieron al padre, y ante ello actuó buscando causarle el máximo daño.
El domingo dejó de responder a todas las llamadas. Su hermano, a quien señaló que antes que entregársela al padre la mataría, avisó a las autoridades, pero ya era tarde. Había cumplido lo dicho.
Eugenio declarará hoy por videoconferencia ante el juzgado. Luchará, tal como expresó ante los medios de comunicación en el día en que la localidad segoviana de Torrecaballeros se despedía de la pequeña en medio de la consternación, “por ser el último que tenga que enterrar a su hija de esta forma”.
“Adiós, chiquitina, te prometo que te vamos a hacer justicia”, dijo entonces, recalcando entre lágrimas que “no puede volver a pasar esto”.
Ahora, a la acusación particular ejercida por él a través de sus abogados se sumará la acusación popular.
Concretamente, según informa El Comercio, la Asociación Custodia Compartida ha decidido personarse en el procedimiento judicial y solicitar la máxima condena, al igual que hará la acusación particular: prisión permanente revisable.