Cristina Cabo, la mujer asesinada en Lugo, intentó defenderse de su agresor, que ha reconocido matarla a cuchilladas. La autopsia ha revelado que ella sufrió una crueldad extrema. Por eso la Policía cree que se trata de un crimen con móvil sexual.
El presunto asesino de Cristina empleó demasiada violencia para tener como móvil el robo. Cristina y su verdugo se habrían conocido esa noche en una bar. Los investigadores creen que hubo una motivación sexual.
Cristina tenía casi una veintena de puñaladas y habría intentado defenderse de su agresor, que empleó una violencia extrema contra ella.
El detenido, un colombiano de 30 años, ha admitido el crimen pero dice que estaba drogado y no sabía lo que hacía.
Cuando lo detuvieron opuso mucha resistencia y se necesitaron cinco agentes para reducirlo.
Los investigadores han encontrado en la casa donde lo detuvieron el ordenador de su víctima y varios objetos que se llevó de la casa. El arma la arrojó a un contenedor.
Los investigadores han llegado hasta él gracias a las cámaras de seguridad, a los vecinos y a la colaboración de la comunidad colombiana en Lugo.
El detenido, que previsiblemente pasará hoy a disposición judicial, llevaba solo dos meses en España con un visado de turista. En ese tiempo ya había robado a otra mujer.