Llevan años sintiéndose juzgadas, incomprendidas, criticadas. Elena, Almudena e Inés tienen obesidad, y desde hace unos meses se sienten menos solas. Elena cuenta lo frustrada que se siente cuando la tachan de insana y enumera todos los deportes que hace, Almudena reconoce que se comía todas las sobras de casa, Inés comenta que cualquier situación le superaba. Son tres de las mujeres participantes en una terapia pionera en la sanidad pública española. Una psicóloga y una enfermera de psiquiatría del hospital 12 de Octubre de Madrid las acompañan -a ellas y otras siete mujeres, que han preferido no acudir a la cita con los medios- en unas sesiones de grupo con las que el centro pretende cambiar sus hábitos alimenticios antes de someterse a una operación que solucione su obesidad.
"La gente se piensa que somos gordas porque comemos mucho, pero nadie se plantea por qué comemos mucho. No está reconocida nuestra adicción como lo que es", reivindica Almudena. En un grupo de WhatsApp que han creado comparten cada avance, y cada debilidad. Elena ha perdido 15 kilos desde que empezó a acudir a las sesiones (hace cuatro meses), e Inés 13. El día que NIUS las acompaña Almudena reconoce haber "fracasado" dos días, porque ha tenido ansiedad y se ha lanzado a comer. Sara, la psicóloga clínica encargada del proyecto, le reconoce el esfuerzo, y alienta a todas a seguir las pautas: comer despacio y sentadas, planificar las comidas de la semana, no tener en casa alimentos muy calóricos, aumentar la actividad diaria... Consejos que parecen sencillos pero que, en palabras de Inés son "una lucha contigo misma, con tus costumbres. Es muy duro, y por eso cuando una semana lo hago bien, me doy un premio. Me compro unos pendientes, por ejemplo, para felicitarme por mi esfuerzo".
Elena cuenta lo mal que lo ha pasado en una celebración familiar que ha tenido esta semana, porque "te miran mal por no comer, te insisten en que has comido muy poco. No entienden que es que yo no puedo comer más, aunque quiera. Gracias a este grupo de terapia me he dado cuenta de mi ansiedad, y poco a poco estoy aprendiendo a gestionar mis sentimientos, a saber cómo actuar frente a la comida". Porque, tal y como explica Gabriel Rubio, jefe de Psiquiatría del hospital 12 de Octubre, "la adicción a la comida no está reconocida como tal. Y el problema es que es una adicción muy visible. La gente no sabe si alguien toma drogas, o alcohol, o está enganchado a los videojuegos, a simple vista. Pero con las personas obesas su condición se ve a simple vista. Una persona con obesidad es constantemente juzgada, criticada. Y sin embargo no es un trastorno reconocido oficialmente, aunque la ingesta emocional se realice, normalmente, para enmascarar o paliar otras circunstancias que nos hacen sufrir".
El hospital inició esta terapia para asegurar el éxito de las reducciones de estómago, balones gástricos o bypass. En definitiva, para evitar que "las personas que se someten a una cirugía contra la obesidad recaigan y a los dos años empiecen a engordar y a los cuatro necesiten otra operación". Y es muy frecuente, porque le ocurre al 50% de las personas que se operan. En cuanto al perfil del paciente participante en el proyecto, está asociado con la obesidad, trastorno por atracón y bulimia. Principalmente son mujeres, de entre 30 y 60 años y un peso de hasta 140 kilos, con diagnóstico por obesidad mórbida de gravedad moderada-grave. Aunque no reconocen un problema de adicción a la comida, sí son conscientes de que tienen un problema de obesidad y aluden motivos de salud y socioculturales para someterse a un tratamiento de cirugía bariátrica.
Estas reuniones son parte de una investigación que intenta descubrir si la psicoterapia en grupo mejora los hábitos de comida en pacientes con obesidad mórbida, candidatos a cirugía bariátrica y que presentan ingesta emocional de alimentos ricos en grasa, carbohidratos y azúcares. Esta pionera investigación se está llevando a cabo de forma conjunta con los servicios de Endocrinología y Nutrición, y Cirugía General y Aparato Digestivo del hospital 12 de Octubre, en Madrid.
Es la primera vez que se realiza una terapia así en España en un hospital público. El uso de la terapia cognitivo-conductual grupal en la adicción a la comida es una oportunidad para comprobar si este tipo de intervención ayuda a reducir peso, controlar la alimentación y mejorar la calidad de vida y, por tanto, disminuir las complicaciones en salud que conlleva la obesidad mórbida. Para ello, está previsto realizar un análisis comparativo entre el grupo de pacientes participante en el estudio y otro de control que seguirá el protocolo habitual de evaluación, tratamiento y seguimiento del Programa Multidisciplinar de Cirugía Bariátrica del 12 de Octubre.
El equipo de especialistas que lleva a cabo la investigación ha elaborado un amplio programa para el primer grupo que incluye la modificación de hábitos alimenticios, técnicas de autocontrol de estímulos, reestructuración cognitiva, métodos de resolución de problemas en situaciones de riesgo y habilidades para afrontar el estrés y la sintomatología ansioso-depresiva, como estrategia frente a la adicción a la comida o ingesta emocional.
El programa se desarrollará a lo largo de 24 sesiones grupales, en las que se les proporcionará herramientas que sean capaces de cambiar su estilo de vida. Así, se les facilitarán consejos para aprender a comer, preparar la casa y el trabajo para hacer posible esta transformación, distinguir entre el hambre y el deseo compulsivo de ingerir alimentos, incrementar el ejercicio físico, modificar los pensamientos negativos, practicar métodos de relajación y aprender a afrontar situaciones de riesgo y estrés. Durante este periodo, se les hará un seguimiento continuo de peso, adicción a la comida y niveles de ansiedad que permitan verificar el compromiso del paciente con la terapia. De momento se han realizado quince sesiones desde junio de 2022.