Romanée-Conti, el millonario caldo preferido por el ladrón de vinos que desvalijó Atrio
Solo se fabrican de él 6.000 botellas al año y está considerado el vino más caro del mundo
El ladrón se llevó 38 botellas de esta marca del hotel Atrio, pero también lo robó en 2019 en un aeropuerto suizo y en julio de 2020, en Madrid
Según los investigadores, en plena fuga tras el robo de Atrio, el ladrón de vinos de lujo regresó a España para acudir al entierro de una de sus hijas
Solo pronunciar el nombre ya despierta deseo entre los amantes de los taninos. Y es que el vino de Domaine de la Romanée-Conti, un tinto de Borgoña, está considerado por muchos expertos como el mejor caldo del mundo. Tanto es así que su exclusiva producción, de unas 6.000 botellas al año y que se remonta a la época romana (de ahí parte de su nombre), sale al mercado en muchas ocasiones por encima de los 10.000 euros la botella. Y la cifra se multiplica cuando se trata de determinadas añadas, creadas con una combinación de uvas Pinot Noir. En 2018, la célebre casas de subastas Sotheby’s de Nueva York vendió dos botellas de este vino fechadas en 1945 por un millón de euros. El pasado mes de abril, la misma casa de subastas vendió en Hong Kong otra botella de 1976 por 151.000 euros.
Así, su calidad, su exclusividad y sobre todo su precio en el mercado han convertido a este vino francés en leyenda. Y en consecuencia, en el preferido para sus botines de Constantin Gabriel Dumitru, el ladrón de origen rumano acusado junto a su pareja -una miss mexicana- de desvalijar junto a su pareja la bodega del conocido Hotel Atrio de Cáceres. Allí, su golpe pasó a la historia por robar entre otros un Chateau d’Yquem del año 1806. Un vino de Burdeos valorado en más de 300.000 euros por los propios restauradores. Sin embargo, el grueso del robo, 38 botellas en total, eran caldos de Romanée-Conti.
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Según los investigadores no era la primera vez que se hacía con ellos. En 2019, Dumitru fue detenido en Suiza y acusado de robar tres botellas de este caldo en una tienda Duty Free del aeropuerto de Ginebra y un año después, el ladrón con pasaporte holandés. Poco antes, había sido fichado en España cuando el dueño de un local de licores de Madrid le pilló intentando robar presuntamente una botella de whisky Balvenie, con un precio de mercado de 5.250 euros, en un caso cuyo juicio se ha celebrado esta misma semana y donde el acusado se ha declarado inocente de los cargos.
Ya en 2020, el ladrón de vinos actuó presuntamente de nuevo en España, robando otras dos botellas de Romanée-Conti en una tienda de la calle Velázquez de Madrid. Cada una de ellas estaba valorada en casi 20.000 euros. En octubre de 2021 Dumitru dio su gran golpe fingiendo ser un cliente del Hotel Atrio de Cáceres y desvalijando según la denuncia, 45 botellas de su bodega.
1,8 hectáreas de viñedos
Según sus propios datos, la producción de Romaée-Conti se condiciona a la explotación de un viñedo de 1,814 hectáreas, lo que provoca que su producción sea muy limitada. La finca y por tanto los caldos que llevan su nombre, han pasado por una docena de manos desde la Edad Media y parte de los viñedos fueron replantados en 1945 tras una enfermedad de las vides. En la actualidad, la marca está en manos de dos bodegueros franceses: las familias De Villaine y Leroy. Esta segunda, con el conocido comerciante Henri Leroy a la cabeza, es la que se encarga de la comercialización de estas exclusivas botellas en todo el mundo.
Tras la detención de Dumitru y su pareja en julio de 2022, nada se sabe de las botellas robadas en el Hotel Atrio. Los investigadores creen que el ladrón se deshizo de ellas pronto, en un mercado negro de vino de lujo donde las botellas de Romanée-Conti son posiblemente el objeto más cotizado. En mitad de su fuga, la Policía cree que el acusado volvió a pisar España para acudir al entierro de una de sus hijas y volvió a salir del país de nuevo por carretera sin ser detectado.
En el caso del conocido restaurante cacereño, el montante total del robo según los propietarios ascendió a los 1,6 millones. Como pena máxima, tanto el ladrón como su pareja, que participó junto a él en el golpe, se enfrentan a una condena de cinco años de prisión, al tratarse de un robo sin violencia.