Los otros cánticos machistas en el Elías Ahuja que consideran tradición: "¡Salid del burdel!"
No es la primera vez que desde las ventanas del colegio mayor Elías Ahuja de Madrid suenan gritos machistas, como ha ocurrido estos días
Cánticos hasta ahora impunes por considerarlos una tradición en la que también participan las estudiantes del colegio mayor de Santa Mónica
El resto de espectadores ajenos sí reaccionan con espanto, porque hay un machismo intrínseco que debe dejar de ser coreado
No es la primera vez que desde las ventanas del Colegio Mayor Elías Ahuja de Madrid suenan gritos machistas, como ha ocurrido estos días: "¡Sois unos pedazos de piernas!", "¡culos que no botan, no comen!". Mensajes dirigidos a las chicas del Colegio Mayor Santa Mónica. Letras denigrantes -"¡Salid del burdel putas, que los ahujos ya estamos aquí!"- que forman parte de las fiestas de estos estudiantes de la residencia conservadora que dirigen los padres agustinos.
"¡Nadie sabía su nombre cuando se abría de piernas!", han llegado a gritar en multitud. Cánticos hasta ahora impunes por considerarlos una tradición en la que también participan ellas, las estudiantes del Santa Mónica. "Es un pique que tenemos todos los años entre los chicos y las chicas", comenta una alumna. "Es algo habitual aquí", agrega otra en este sentido. Las colegialas, en un comunicado firmado, aseguran no sentirse denigradas como mujeres.
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Machismo intrínseco
"Nos sentimos perfectamente, no es nada malo", comenta una estudiante. "No nos sentimos ni ofendidas ni nada", precisan. Pero el resto de espectadores ajenos sí reaccionan con espanto, porque hay un machismo intrínseco que debe dejar de ser coreado. "Me parece una vergüenza", comenta una joven. "Tenemos un colectivo de hombres que siguen viendo a las mujeres desde el objeto", sentencia la psicóloga María Jesús Rodríguez.
Exaltación del totalitarismo
Además, los mensajes machistas no son el único cántico que llama la atención entre los estudiantes del colegio mayor madrileño. En sus ceremonias suenan y realizan, también, el saludo nazi. Una exaltación del totalitarismo que, en esta grabación de hace unos años, corean los jóvenes de la residencia. Cánticos que, dicen, forman parte de su tradición. Su comportamiento ha despertado la condena rotunda de la política nacional.