Las dos personas que la tarde del pasado domingo entraron en la finca que el modista Francis Montesinos tiene en la localidad valenciana de Lliria tenían claro el motivo de su asalto: conseguir del afamado sastre medio millón de euros. Esa es la cantidad que le pidieron tras reducirle tanto a él como a su acompañante. Para ellos, según confirman a NIUS fuentes conocedoras del suceso, el negocio era sencillo: 500.000 euros a cambio de que un supuesto vídeo con imágenes comprometidas de Montesinos nunca viera la luz.
La cifra, junto al resto de los detalles, quedó reflejada en la denuncia que el modista ratificó a su salida del hospital tras ser atendido con síntomas de una crisis de ansiedad tras el asalto y la preocupación de que eso pudiera afectar a afecciones anteriores.. En el hospital, el diseñador fue atendido también de varias contusiones que no revisten gravedad, después de recibir en un primer momento la asistencia del Samur.
Antes, Montesinos ya había aportado diversas informaciones a los agentes, y señalaba sin género de dudas a un joven árabe que semanas antes se había presentado en su vivienda para reclamar dinero a cambio de no hacer público ese mismo vídeo.
Ese testimonio sirvió primero para identificarle gracias a los datos que tenía de él el modista, y después para detenerle como presunto autor de la extorsión al sastre valenciano, en un procedimiento sobre el que el juez encargado del caso ha decretado el secreto de sumario. Además, hay otra persona investigada por los hechos, según confirmó la delegada del Gobierno en Valencia, Pilar Bernabé.
Por el momento, Francis Montesinos ha guardado silencio en público desde que se produjo el asalto a su vivienda el pasado domingo, mientras las pesquisas permanecen abiertas. Según fuentes conocedoras del suceso, los asaltantes accedieron a la casa e inmovilizaron en un primer momento al acompañante del diseñador, para acceder después a la parte de la vivienda donde estaba Montesinos, que fue agredido y maniatado, para recibir después la amenaza de sus captores. Cuando se marcharon y según las mismas fuentes, el acompañante del modista fue el primero en lograr romper las bridas y poder dar la voz de alarma.