María José, madre de Iván: "Un conductor borracho y drogado mató a mi hijo y a los 4 años estaba en la calle"

  • "Iván me manda señales para que siga adelante, si no es por su fuerza, yo estaría muerta", explica Mª José

  • Su objetivo es que se eleve la pena máxima por matar a otra persona como consecuencia de una imprudencia grave al volante

  • "Si conseguimos esta reforma, estaremos evitando más tragedias y sufrimiento. Estamos a tiempo”, dice la madre de Iván

¿Qué pasó el 9 de diciembre de 2016? Silencio. Mª José Jiménez coge fuerzas y respira hondo para poder contar su historia. Sabe que si no, la tristeza hará que no le salgan las palabras. "Nadie debería perder un hijo, pero mucho menos así. Se te rompe la vida para siempre".

Con el pecho lleno de aire cuenta la historia de carrerilla. “Iván tenía 15 años, toda la vida por delante. Esa noche venía de ver las luces de Navidad con su padre. Volvían a casa y estaban esperando el autobús en la parada la Plaza de Neptuno de Madrid. En décimas de segundo, un conductor que triplicaba la velocidad permitida, que multiplicaba por siete la tasa de alcohol en sangre y que dio positivo en cocaína se subió a la acera y lo arrolló. Salió disparado muchos metros dejándolo tirado en el asfalto con graves lesiones incompatibles con la vida", el aire se acaba, se le corta la voz, pero Mª José sigue.

"Cada día me quiero morir, pero Iván me da fuerzas"

"Su padre estaba con él. La persona que conducía salió por sus propios medioscuando vio la escena de horror, de muerte y de desolación que había dejado intentó escapar del lugar de los hechos, pero le cogieron. Iván aguantó nueve en días en coma", explica. "Recibí una llamada a las 23:30 del 9 de diciembre, yo estaba en Barcelona, me quise morir. Me dio tiempo a volver a despedirme, a prometerle que lucharía para que esto no volviera a pasar, a decirle que le iba a escribir la canción más bonita del mundo", dice con un hilo de voz.

E Iván se fue. Sus padres donaron sus órganos porque él se lo había pedido. "Si me pasa algo quiero ser donante de órganos. Era mi vida, mi luz, mi camino. La tristeza es tan grande que no sé cómo consigo levantarme de la cama cada día. Voy a trabajar y pienso: 'si yo me quiero morir', cojo el coche y pienso: 'si yo lo que quiero es morirme', desayuno y me digo: 'si yo no quiero estar aquí'".

"La vida de mi hijo no vale cuatro años de prisión"

Pero estando hundida se levantó. Mª José cree que Iván, desde donde esté, es el que hace que ella siga adelante, que luche, que sea la voz que tantas personas necesitan. Por eso, libra hoy una batalla para recrudecer el código penal. El autor del atropello de su hijo ha tenido una condena de 4 años de prisión. "Ha sido una pena totalmente insuficiente. La vida de mi hijo no vale cuatro años. Ha sido un asesinato. Estaba borracho y drogado y completamente consciente cogió el coche y acabó con la vida de mi hijo. No es un homicidio involuntario", confiesa.

Pere Navarro, el director de Tráfico, le dijo un día "creo que ya has salvado alguna vida", cuenta orgullosa, y añade que, desde la DGT ya se está concienciando pero ahora falta un paso más.

Endurecer el Código Penal

Este martes, la madre de Iván y familiares de víctimas de violencia vial, fallecidas en la carretera a causa de la conducción temeraria y el consumo de drogas y/o alcohol, han entregado en el Congreso más de medio millón de firmas para solicitar un endurecimiento del artículo 142 del Código Penal.

El objetivo es claro. Que estos delitos dejen de considerarse imprudentes y se califiquen como delitos dolosos en la modalidad de dolo eventual. Hace unos meses ya se modificó el Código Penal en materia de imprudencias al volante, pero solo afectaba al que hubiera provocado la muerte de dos o más personas. "No se entiende, que en nuestros casos, que solo había fallecido una persona las penas las dejaron igual, no las incrementaron. ¿Por qué la vida de nuestros familiares, por perderse de forma individual y no en grupo, tienen menos valor?", se pregunta María José. El homicidio imprudente se condenan con de uno a cuatro años de cárcel y en muchos casos los culpables no entran en prisión.

Los culpables siguen quedando impunes

Ahora con tantas firmas esto se convierte en una petición popular que sí debe ser escuchada por el Congreso de los Diputados. "Esta vez somos muchos más. Porque desde que nos prometieron cambios el tiempo ha seguido pasando, más personas han seguido muriendo y más culpables han seguido quedando impunes. Hemos vuelto a pedir justicia y recordar que cuanto más tiempo pase, más personas como mi hijo morirán", comenta María José Jiménez.

Se acercan las navidades. La vida de María José se vuelve a teñir de negro. Todos los 9 de diciembre vuelve a morir mi hijo. Iván ya no va a volver, pero su madre espera, que si por fin se endurezcan las penas y aumentan hasta los 12 años de prisión, quizá la muerte de su hijo haya valido la pena.

El año pasado hubo más de cien mil condenas por delitos contra la seguridad vial (10,2 % más que un año antes) suponen más del 36 % de todas las dictadas por los tribunales por toda clase de delitos (el porcentaje más alto de los últimos seis años).

Del total, 59.461 fueron dirigidas a conductores que circulaban bajo la influencia de alcohol o drogas (un 8,5 % más que en 2021), mientras que 38.383 lo fueron por conducir sin permiso (12,4 % más), el dato estadístico más elevado de la última década por este delito