Cataluña prohibirá fumar en espacios públicos como terrazas de establecimientos, entradas de centros educativos o marquesinas de autobuses. El Departament de Salut prepara una ley que, según ha anunciado el consejero Josep Maria Argimon, podría presentarse en las próximas semanas. El texto tendrá que pasar el trámite parlamentario por lo que no se sabe, por ahora, cuándo entraría en vigor.
Con esta norma, Cataluña se adelanta al Ministerio de Sanidad, que desde hace meses trabaja con comunidades autónomas y sociedades científicas para sacar adelante el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025, que lleva meses de demora.
"Lo que ha anunciado Cataluña es un paso adelante de las medida que llevamos demandando desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) desda hace años: que se prohiba fumar en espacios públicos abiertos, como los parques, los jardines, la terrazas, las playas, o las marquesinas. Esperamos que esto sirva para que que el Ministerio de Sanidad apruebe sin demora la nueva ley antitabaco y el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo", señala Carlos Rábade, coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. "Hay que prohibir fumar en todas las terrazas de España", insiste.
La actual ley antitabaco se aprobó en 2010, y fue una reforma de la de 2005. Ahora en lo que trabaja el Ministerio de Sanidad es en modificar la ley aprobada en 2010. El objetivo de la Unión Europea es situar la prevalencia de consumo de tabaco por debajo del 10% de la población en 2030 (en España se ronda el 20% en la actualidad).
Entre otras medidas, en la reforma que trabaja el Gobierno se contempla prohibir fumar en aquellos lugares donde haya una gran afluencia de público, como estadios de futbol, de tenis, de atletismo o plazas de toros, así como en terrazas de bares y restaurantes. Estas medidas, sin embargo, supondría un nuevo choque del Ejecutivo central contra el sector de la hostelería, uno por los más damnificados por la pandemia.
En 2021, en plena crisis sanitaria por el SARS-CoV-2, Sanidad prohibió fumar en las terrazas si no se podía mantener la distancia de seguridad de dos metros debido al covid y algunas comunidades, como Baleares o la Comunidad Valenciana, han manteniendo esta norma en el tiempo.
“A nosotros desde el Ministerio nos han comunicado que los trabajos técnicos han finalizado pero que no se encuentra el momento adecuado para sacarlo adelante”, aseguraba el pasado julio el portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública (SESPA), Ildefonso Hernández, que advertía que, si a estas alturas de legislatura el plan no obtenía la luz verde, tendría más dificultades para hacerlo en el futuro.
Prohibir fumar en espacios públicos está dirigido a proteger la salud de los no fumadores, especialmente, a aquella población más vulnerable, pero también a desnormalizar la conducta de fumar y a estimular a que un fumador, que no quiere dejarlo, se proponga hacerlo. "Tanto el humo del tabaco como del vapeo se asocia en no fumadores a un aumento de enfermedades respiratorias y cardiovaculares, sobre todo, en aquella población más expuesta, como los trabajadores de la hostelería", explica Rábade. "El peligro de fumar en una terraza se debe a que son lugarres donde se acumula una gran concentración de fumadores y donde se pasa mucho tiempo", añade.
“Como demostramos en una investigación, los límites de exposición al humo del tabaco estaban sobrepasados en la gran mayoría de las terrazas de Madrid. Además, las terrazas que se cierran en invierno son ilegales”, señala Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). “El ejemplo de Cataluña, donde el ayuntamiento de Barcelona ya logró que las playas fueran un espacio sin humo, me parece que es la manera de avanzar”, ha añadido.
Insiste en la idea Pedro Gullón, investigador en el grupo de Salud Pública y Epidemiología. “Diversas investigaciones muestran que, en entornos como las terrazas, las paradas de autobuses o alrededor de entradas de colegios, existe una mayor exposición al humo ambiental del tabaco, por lo que la regulación de estos espacios podría ser positiva para proteger a la población de ese humo”.