Para cualquier peregrino llegar a Santiago es una emoción indescriptible, pero para un grupo de enfermos de ELA, además ha sido el final de un nuevo reto en sus vidas. Entre aplausos entraban en la Plaza del Obradoiro, llena hoy de sonrisas y lágrimas por conseguir superar un Camino de lo más complicado.
Preparan cada etapa, bailando y cantando, cada día un enorme paso para gente como David, luchando por intentar vivir como los demás. Sin embargo, siempre hay piedras en el camino, obstáculos como un río donde reciben la ayuda de voluntarios y guardia civil.
Cada metro se celebra como una victoria, solo quedaba un último paso para la meta. Momento especial para Ita, lo celebran al son de su canción, seguir volando donde no llegan sus pies