Ha sido el verano de los reencuentros: con amigos, familiares, con los viajes, los festivales, los conciertos, las fiestas de los pueblos... El primer estío sin mascarilla ni cuarentenas tras la pandemia ha multiplicado las interacciones sociales. Y, tras la séptima ola, cabría esperar que la octava está al caer. Porque así es la covid: no tiene una estación, como la gripe, sino que se contagia todo el año, con respiros de una par de meses entre pico y pico. ¿Cómo será la covid del próximo otoño?
De momento la caída en la incidencia se ha ralentizado, el último informe, del seis de septiembre, refleja que ha bajado 4 puntos y es la bajada más pequeña desde que empezó a bajar tras alcanzar el pico con ómicron. Son solo unas décimas, pero a la espera del próximo informe, parece que la covid ha tocado suelo y que los contagios pueden empezar a subir a partir de este septiembre.
"Las predicciones con la covid suelen ser erróneas, le hemos dado por muerto muchas veces y eso no se cumple"; advierte Juan Antonio Sanz Salanova, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), que añade: "Lo único que parece claro es que es una enfermedad que va a quedarse entre nosotros". "Es probable que en cuanto empecemos a compartir espacios cerrados haya un aumento de casos. Lo bueno es que la gravedad y la mortalidad han descendido. Era esperable, porque la evolución normal de este tipo de virus es esa: buscar su manera de contagiar sin matar a su huésped: la covid será más transmisible pero menos mortal", argumenta Sanz Salanova.
Es decir, que es probable que en pocas semanas comience una octava ola. La clave es saber cómo mitigarla, o cómo de grave será. Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud, no las tiene todas consigo: "Lo primero es entender que aunque la incidencia disminuye no podemos confiarnos para nada, hay que estar cautelosos respecto a un repunte ya que comienza una época en la que se unen muchos favorecedores:
El portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, Lorenzo Armenteros, alerta de que esa octava ola ya está comenzando. "Aunque no tenemos datos de la mayoría de los positivos, por coronavirus, porque solamente conocemos la incidencia en mayores de sesenta años, los casos que vemos en las consultas, los nuevos casos en gente joven y los casos que podían ser sumados de autotests que realizan los pacientes, estaríamos en una octava ola", ha argumentado Armenteros. Y ya una octava porque, ha matizado, se ha "pasado una séptima ola casi fantasma, desaparecida porque no había datos suficientes, así que de forma epidemiológica estaríamos en un octava ola". "Ese pico que se está dando en las dos últimas semanas podría indicarnos que hay una nueva ola en ciernes y ya está empezando a subir", ha apostillado el portavoz de los médicos de familia.
"La gripe es estacional, con una epidemia al año, y sin embargo la covid en cerca de tres años ha tenido siete olas", sentencia el experto, para enfatizar su opinión de que la covid y la gripe no son comparables más que en su mecanismo de transmisión y algunos síntomas. Recuerda Sanz Salanova que tras la gran epidemia de gripe de 1918 el virus tuvo varias oleadas o coletazos, así que la epidemiología de la covid aún puede cambiar.
"La mortalidad excesiva este año y este verano han sido muy elevadas, y no es para nada atribuible a la ola de calor, sino que se debe atribuir directa o indirectamente a la covid", advierte López Acuña. "No hay que confiarse en que esto es un catarro o una gripe. Gracias a la vacunación los casos son menos letales. En 2022 hay un exceso de 13.000 muertes respecto a los años prepandemia", zanja.
"No se pueden volver a tomar medidas muy drásticas como en 2020, cuando la mortalidad era muy alta y además no sabíamos nada de la enfermedad", opina el portavoz de la SEMPSH. Coincide en que debe apuntalarse la vacunación: los colectivos vulnerables con las nuevas inmunizaciones adaptadas a las variantes dominantes en esos momentos, y los más jóvenes con las dosis que vaya habiendo. "Si conseguimos proteger a la población mayor incidiremos mucho en la diana de la covid. Cuando empezamos a vacunar, en cuanto se les puso a las personas mayores, dejó de haber casos en residencias y entre ancianos. Esto demuestra su eficacia y que es la estrategia adecuada", opina.
"Hay que acometer la vacunación de todos los mayores de 60 años y personas con una salud vulnerable con los nuevos sueros adaptados a variantes. Y muy probablemente tenemos que hacer una nueva ronda de vacunación: no se debe esperar y si las vacunas nuevas no están disponibles hay que reforzar la inmunidad con los sueros que haya", insiste López Acuña. La vacunación, para ambos expertos, es lo que ha conseguido mitigar la gravedad de las oleadas.
Sanz Salanova afirma que en su día a día, en el ámbito privado, "mantengo las medidas de higiene personal, y el distanciamiento cuando se pueda. Yo estoy muy pendiente de la evolución de la incidencia y me voy adaptando, voy a más o a menos". López Acuña no ha abandonado la mascarilla en ningún espacio interior: "Es una barrera que me protege, y además hay que mantener la cautela en aglomeraciones, incluso en exteriores". El verano de 2022, el de la vuelta a la normalidad, para él n es el fin de la pandemia.