La bebé de La Bisbal d'Empordá (Girona) ha sido la primera víctima mortal por granizo en Europa en el último cuarto de siglo. Su muerte, tras recibir el impacto de una bola de hielo de 11 centímetros, ha dejado muchas preguntas en el aire. Entre ellas, la velocidad con la que pudo caer del cielo para tener un efecto letal.
"Un bloque de hielo de ese tamaño puede superar los 200 kilómetros por hora cuando golpea el suelo", asegura José Miguel Viñas, físico de Meteored. "Supone un riesgo de muerte real tal, como desgraciadamente hemos visto", lamenta. "Más aún si golpea el cráneo de una niña tan pequeña que todavía no está formado del todo. Si hubiera impactado contra un adulto, también podría haberle matado o haberle causado una lesión cerebral grave", explica.
Opina lo mismo Rosalía Fernández, responsable de meteorología de Mediaset. "Una tormenta lleva unas corrientes descendendetes de masas de aire de unas velocidades impresionantes. Y claro que puede alcanzar los 200 kilómetros por hora y más con ese tamaño, donde la fuerza de la gravedad es más grande", explica. "El impacto podría ser comparable a como si hubiesen tirado una piedra desde un avión", añade.
¿Pero de qué depende la velocidad que alcanza el granizo? "Uno puede pensar equivocadamente que depende de la masa, pero no, va en función del tamaño del granizo", aclara Viñas. Es decir, cuanto más grande es el granizo, con más velocidad impacta en el suelo o el agua, tal y como se ha visto en las imágenes que desde ayer inundan las redes sociales.
"Eso sí, hay una velocidad límite", especifica. "Si teóricamente cayeran granizos de 20 centímetros o incluso de 30 centímetros, no lo harían más rápido que estos que han caído en la Bisbal de 11 o 12 centímetos. Podrían llegar como mucho a alcanzar los 230 o 240 kilómetros por hora. De ahí para delante no hay velocidades mayores", asegura el experto.
Según la NSSL, la Agencia Meteorológica Estadounidense, la velocidad de caída del granizo depende principalmente del tamaño del granizo, la fricción entre el granizo y el aire circundante, las condiciones locales del viento (tanto horizontal como vertical) y el grado de fusión del granizo. En una investigación reciente utilizando moldes impresos en 3D de granizo real suspendido en un túnel de viento vertical constataron que los granizos muy grandes, con diámetros superiores a 4 pulgadas, alcanzaban una velocidad de al menos 161 kilómetros por hora. Un impacto brutal.
"Estos granizos que han llegado tan grandes no son una única piedra de granizo en origen sino que dentro de la propia tormenta se van golpeando muy violentamente varios granizos que ya tienen un tamaño importante para terminar formándose esa especie de masa que ha caído. A veces es esférica, a veces no", informa Viñas. "Habréis visto que hay algunos que tienen una forma amorfa, estrellada... ese es el resultado de una agregación de distintos granizos golpeándose violentamente en el interior de la nube antes de empezar a caer", recalca.
"Los granizos más pequeños no alcanzan la velocidad de los grandes, de hecho hay vídeos muy clarificadores dónde se ve cómo los granizos pequeños caen y rebotan en el suelo y los grandes directamente se estampan contra el suelo porque caen a una velocidad mucho mayor", destaca el físico.
El tamañao alcanzado por este granizo, "enorme, más que una pelota de tenis", no tiene apenas precedentes en España, segúnel meteorólogo de la AEMET Rubén del Campo. El portavoz de la Agencia no quiere hablar de récord, pero sí de que esta granizada "ha sido una de las más severas en la historia de nuestro país".
"El 11 de agosto de 1986 hubo una granizada con piedras de hasta 10 y 12 centímetros de diámetro en puntos de la comarca del Pla de Lleida y, más recientemente, el 3 de julio de 2017, hubo una granizada en Rubielos de Mora, en la provincia de Teruel, con piedras de tamaño silimilar a los de ayer".
"Estas tres estarían en el podium de las tres granizadas más graves en la historia de nuestro país". El granizo más grande del mundo cayó en la localidad de Carlos Paz, en Argentina, hace cuatro años. El 8 de febrero de 2018 se recogió allí una piedra gigantesca que medía 24 centímetros de diámetro. Hasta ese momento, el récord lo tenía una piedra de 20,32 centímetros de ancho caída en Dakota del Sur, Estados Unidos.
Lo cierto es que las tormentas en Cataluña son algo frecuentes y más en estas fechas, a final de verano. "En los últimos 20 años, nunca se había visto una tormenta que provocase estos daños tan cuantiósos, con más de una cincuentena de heridos", asegura la responsable de meteorología de Mediaset. "Pero en esta tormenta los copos de granizo han sido una locura y, aunque allí están acostumbrados a que ocurra esto, esta desgracia no se podría haber evitado porque, aunque la gente pueda tomar las medidas correctas, lo que ha pasado es algo anecdótico, es aleatorio que te pueda caer un caer un piedra de ese tamaño", señala.