Así narran la pesadilla que vivieron 50 jóvenes a 40 grados durante 250 kilómetros: volvían de un festival en Alicante
50 jóvenes recorrieron 250 kilómetros en un viaje en autobús a 40 grados pese a la negativa del conductor a parar la marcha
Los jóvenes tuvieron que ser atendidos por varias ambulancias tras detenerse el viaje gracias a un guardia civil
Golpe de calor: qué personas son más vulnerables y cómo actuar
Varios jóvenes han vivido una auténtica pesadilla durante un viaje en autobús en el que se estropeó el aire acondicionado del vehículo en el que viajaban y tuvieron que recorrer 250 kilómetros, a 40 grados. Muchos se pusieron malos. Sin embargo, el conductor no paró el vehículo hasta que un policía se dio cuenta de lo que ocurría.
Como en una película de terror donde el conductor del autobús hace de malo. Sin aire acondicionado para volver a casa 250km. 50 jóvenes, llorando, ventanillas empañadas, el suelo encharcado de sudor. Golpes y gritos que alertaron al bueno de la película: un policía que controlaba el tráfico.
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Nada más ver la escena, el agente de seguridad decidió dar el alto al autobús y se encontró con la impactante escena: jóvenes blancos como estatuas, desmayos, vómitos, ataques de ansiedad y golpes de calor. Los pasajeros tuvieron que ser atendidos por ambulancias. El viaje infernal que nunca debió iniciarse, ya ocurrió en 2019. Ahora, tanto la empresa como el conductor han sido denunciados.
El relato de las pasajeras: "Fue bastante desesperante"
Marta, una de las pasajeras que se encontraba en el autobús, ha concedido unas palabras a 'Informativos Telecinco' donde ha asegurado que la situación que vivió fue bastante difícil. "Entramos al autobús y el aire ya no iba. Una compañera se lo dijo y el conductor nos comentó que el aire iba a funcionar cuando nos pusiéramos en marcha. Pasaron 10 minutos y vimos que el aire no funcionaba, salía caliente. Empezamos a ver que esa temperatura cada vez subía más... 31, 32 y hasta 38 grados".
"La gente se empezó a desesperar diciéndole al conductor que abriese la puerta. El conductor muchas veces no nos hacía ni caso y lo único que nos decía es que no podía porque su jefe le obliga a continuar la marcha. La gente empezó a marearse, todos llenos de agua, sudando, nos tiramos agua por encima... fue bastante desesperante. La gente empezó a dar golpes en las ventanas hasta que, finalmente, vimos a un guardia civil que estaba controlando el tráfico y dio el alto para que parase el autobús", asegura Marta.
Otra de las jóvenes afectadas relata que, nada más recibir el alto, todos los jóvenes bajaron del autobús y se tiraron al suelo: "Todo el mundo estaba llorando, con ataques de ansiedad, muy mareados. había chicas que les estaba dando golpes de calor y estaban vomitando. En ese momento la Policía actuó bastante bien, fue a un supermercado y nos trajo agua".
Por último, una ambulancia tuvo que llegar hasta la zona y atender a seis jóvenes por haber sufrido varios golpes de calor. Finalmente, todos los pasajeros fueron reubicados en otros autobuses y pudieron continuar con su viaje.