El menor entró en una web de citas. Allí le esperaba Vicente Paradís. Fue la perdición del joven de 17 años, que al dar marcha atrás se encontró con un feroz acosador, "estoy a 100…te lo dejo económico" que no aceptaba un no por respuesta. El menor se echó para atrás en su idea de tener algún tipo de relación sexual y desde ese momento. Vicente le acosó de forma incesante.
La ira de Vicente y sus ganas de acorralar al menor no cesó. Siguió enviando mensajes cuando el joven ya se había suicidado. Más de 100 en tres horas. Los mensajes son atroces. “Tengo toda la conversación en el teléfono. Te pondré la demanda en el palacio de justicia. ¿Y si te hiciera chantaje? ¿Qué harías?". Desde ese momento no dejó de acosar al joven que le pidió perdón. Por favor, no lo hagas”, “haré lo que quieras”. Iván se sintió acorralado aunque Vicente no tenía nada contra él. Y llegó a advertirle de que se quitaría la vida, algo que mencionó hasta en 11 ocasiones.
Los mensajes del hombre siguieron llegando. “Si te suicidas les dejarás el marrón a tus papás”, “vas a llorar lágrimas de sangre delante de los jueces y de tus padres”, fueron algunas de las respuestas de acoso que encontró. A Vicente no le importo nada. Solo su lascivia.
Iván no conocía que el hombre no podía hacerle nada ni a él ni a sus padres por lo ocurrido, pero su desesperación ante las amenazas del hombre lo llevó a subir a la azotea de su edificio, arrojándose al vacío. Iván se suicidó aquel 1 de diciembre de 2016, pero no fue hasta ocho meses después, cuando se produjo el volcado del contenido del móvil y se descubrió el asedio al que había sido sometido.
Ahora, un jurado popular considera a Vicente culpable de homicidio. El veredicto es contundente, dice que el acusado sabía del daño y la angustia que le estaba causando al menor, al que amenazó con difundir que había entrado en una página de contactos. La familia de Iván nunca encontrará consuelo por su pérdida, pero sí ha conseguido que se haga justicia por este cruel episodio de acoso. Su acosador se enfrenta a un delito de homicidio doloso por coacciones y amenazas continuadas.
El fiscal, que inicialmente pedía 12 años de prisión para el inculpado, ha elevado su petición a 14 tras oír al jurado, apoyándose en que el hombre incurrió en la agravante de superioridad. La acusación particular reclama 15 años, mientras que la defensa tiene la intención de recurrir la sentencia, en la que pedía la pena mínima.
El ministerio público y la acusación particular coinciden en solicitar el inmediato ingreso en prisión del acusado, ya que, según ha explicado el fiscal, existe posible riesgo de fuga dada la gravedad de las penas que se le van a imponer. La defensa se ha opuesto a dicha petición.
Los miembros de jurado han considerado que las diligencias policiales practicadas fueron correctas porque se mantuvo la cadena de custodia del móvil del menor. Además, han dado como probado que la víctima indicó al acusado en varias ocasiones que era menor, le pidió disculpas y le advirtió de que se iba a suicidar.
A pesar de todo, según el jurado popular, el acusado mantuvo sus amenazas presionando al menor. Los miembros del jurado han señalado que, tras los mensajes de whatsapp con el menor, el acusado era sabedor de la angustia que estaba provocándole. Porque las palabras, en muchos casos, matan.