Los dos policías locales de Estepona (Málaga) que violaron a una chica de 18 años en 2018 han sido condenados a dos años de prisión, pero evitarán ingresar en la cárcel tras un acuerdo con Fiscalía y acusación particular con la condición de someterse a un programa de educación sexual e indemnizar a la víctima con 80.000 euros.
El pasado 22 de abril tuvo lugar una vista en la que la Fiscalía, la acusación particular y las defensas de ambos acusados presentaron un escrito conjunto en el que se acordó además la inhabilitación para empleo o cargo público de los policías y la prohibición de comunicarse con la chica durante 10 años.
La sentencia se dictó en base a la conformidad de ambos acusados con el nuevo escrito de acusación presentado conjuntamente por todas las partes procesales, a pesar de que en un principio la Fiscalía pedía 30 años de prisión para los acusados y consideraba “agresión sexual” los hechos.
Los magistrados fundamentan este acuerdo en que ninguna de las partes se opone a la suspensión, a que los abusadores ya han indemnizado a la víctima y en la “escasa probabilidad” de que reincidan; y la conformidad entre las partes solo puede ser acatada por el juez.
Al parecer, la acusación ha aceptado el trato ya que la joven no quiere volver a revivir aquel momento. La víctima se encuentra en tratamiento psicológico desde la violación.
De hecho, el propio presidente de la Sección octava de la Audiencia Provincial de Málaga, en un voto particular, rechaza este criterio porque cree que los hechos revelan una “acusada peligrosidad criminal en sus autores”, que a su juicio llevaron a cabo una “acción muy planificada” siendo servidores públicos.
Los hechos tuvieron lugar el 9 de junio de 2018, cuando la joven de por entonces 18 años se trasladó a Estepona (Málaga), salió de fiesta con unos amigos y, al abandonar la discoteca en un turismo conducido por un amigo, estos se detuvieron en un control policial donde los agentes, hoy condenados, estaban de servicio.
Según la sentencia, al comprobar los agentes que los ocupantes del coche habían bebido, les ordenaron bajarse del vehículo y pedir un taxi, un hecho que acataron los jóvenes que –ante la insistencia de los policías- le facilitaron un número de teléfono personal a fin de que los agentes llevaran el coche a la ubicación de los chicos.
Según el relato de la denunciante, momentos después de que los tres amigos llegaran a su edificio, se personaron los agentes en el coche particular de uno de ellos y, tras mantener una breve conversación amistosa, propusieron a los jóvenes subir al domicilio, a lo que accedieron al ser policías, y, una vez allí, se produjeron los hechos denunciados.
A las seis y media de la madrugada, una vez allí, y tras acceder al piso, uno de los agentes -según el relato de la Fiscalía- preguntó al resto: "Bueno, ¿Cómo se empieza una orgía?".
Los acusados supuestamente trataron de convencer a la víctima de hacer un trío, a la que afirmaron que "cuántas chicas quisieran estar en tu lugar y liarse con dos policías a la vez" y, aunque la joven se resistió, la desnudaron, uno de los agentes le metió los dedos en la vagina y otro la penetró sin preservativo.
Por este hecho, la víctima ha requerido tratamiento médico farmacológico y psicoterapéutico presentando síndrome de estrés postraumático por el que ha estado en tratamiento.