Cristian Olivé, profesor LGTBI: "El mensaje para los adolescentes es que ya no tienes que salir del armario, sino ser tú mismo"
Cristian Olivé es profesor de Lengua y Literatura en un Instituto en Barcelona y autor de ‘Profes rebeldes’ y de 'Una educación rebelde'
"Creo que lo que hace que esta generación se sientan más segura, libre y más empoderada es que ven que no pasa nada", dice Olivé
Toma la serie 'Heartstopper' como referente para analizar que se puede ser feliz y disfrutar de la adolescencia más allá de tu orientación sexual
La serie ‘Heartstopper’, que emite Netflix arrasa ahora mismo entre el público adolescente y juvenil, pero también adulto. Está basada en las novelas gráficas homónimas de Alice Oseman, cuenta la historia de dos chicos adolescentes, Charlie y Nick, compañeros de pupitre, que simplemente se enamoran. "Por eso me gusta ‘Heartstopper’, si eres gay no pasa nada, tienes más problemas como adolescente. Este es el éxito de la serie, se enamoran independientemente de que sean gays. Es una historia de amor adolescente", explica Cristian Olivé, profesor de Lengua y Literatura en un instituto de Barcelona y autor de ‘Profes rebeldes’ y de 'Una educación rebelde' (Grijalbo).
A raíz de esta serie algunos críticos han denominado a esta generación como "la generación ‘Heartstopper’", una generación que ve que la intolerancia y los prejuicios están lejos del enfoque principal de la serie y vive con optimismo que esto pase en la vida real. Olivé cree "que puede haber servido para que un adolescente LGTBI encuentre su historia romántica, como aquella que todos hemos encontrado alguna vez, pero que quizá no nos hemos sentido identificados porque eran chico y chica y en este caso han podido encontrarse reflejados".
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Pregunta. ¿Qué ha supuesto la serie ‘Heartstopper’ para los jóvenes adolescentes?
Respuesta. He observado que ha sido un fenómeno, pero no solo para los jóvenes sino también para los adultos, porque ha supuesto encontrar una trama en el que ser homosexual no es la trama principal, sino que forma parte de su personalidad y ya está. Da un mensaje muy claro y es que se puede ser feliz y disfrutar de la juventud y la adolescencia más allá de tu orientación sexual. Creo que este es el gran mensaje que da esta serie. Puede haber servido para que un adolescente LGTBI encuentre su historia romántica, como aquella que todos hemos encontrado alguna vez pero que quizá no nos hemos sentido identificados porque eran chico y chica y en este caso han podido encontrarse reflejados.
P. ¿Cómo es esa nueva generación y cómo viven su sexualidad?
R. Lo que veo, sobre todo en los adolescentes más mayores es que viven la sexualidad de una forma más naturalizada en todos los aspectos. Hablan más del sexo de forma liberal hacen más preguntas, se hacen más preguntas a ellos mismos y se conocen mejor. Las personas LGTBI no tienen miedo a probar, a conocerse a sí mismo a nivel sexual. Pero esto trae otra preocupación, por lo menos en mi caso como profesor. Aunque tenga un sexo libre, no quiere decir que no deban conocer los riesgos del sexo sin precauciones. Hay que insistir mucho en esto. El sexo liberado no debe estar exento de sexo con precaución y deben conocer también qué hacer en caso de situaciones complicadas y saber cómo actuar. A veces ellos mismos confunden la normalización con tener “poca cabeza”. Yo creo que deben practicar sexo con total naturalidad, pero tomando las precauciones necesarias, por eso es importante que en la escuela se fomente y se conozca todo lo que tiene que ver con el sexo y sus riesgos.
P. ¿Qué diferencias con otras generaciones como con la nuestra?
R. Hace unos años, la generación anterior de la que hoy son los jóvenes, ya vivimos con algunos referentes en series y películas, pero todos estos personajes iban ligados a lo paródico, incluso a la ridiculización, al estigma social, en definitiva. Y, por lo tanto, la primera generación que ha intentado vivir con cierta normalización y nos hemos intentado quitar de la cabeza algunos estigmas, al final hemos crecido igualmente con algunos prejuicios. En cambio, la generación actual, da la sensación de que han conseguido quitarse de encima esos prejuicios. Por eso, series como ‘Élite’, ‘Euforia’, ‘Heartstopper’, están demostrando que ser LGTBI no va ligado a algo malo, sino que forma parte de ti y ya está. He llegado a ver personas o adolescentes que no son LGTBI que alzan la voz en contra del ruido que va en detrimento de los avances sociales. Yo creo que han entendido que no hace falta ser mujer para defender los derechos de las mujeres o ser negro para defender los derechos de las personas negras. Por lo tanto, no hace falta ser LGTBI para defender sus derechos. Creo que este es el gran cambio de la primera generación a la segunda. Porque en la primera solo se atrevían a alzar la voz, aquellos que formaban parte del colectivo.
P. ¿Los adolescentes que no tienen que salir del armario... eso es ya una realidad, aunque minoritaria?
R. Por desgracia es una realidad minoritaria. El mensaje que se intenta dar ahora mismo es que ya no tienes que salir del armario, sino que tienes que ser tú mismo. De hecho, yo siempre intento apostar porque que no tengan que dar explicaciones, porque si sales del armario parce que tu mismo este dando la razón a que algo malo te está pasando algo distinto te está pasando. Para normalizar lo que tenemos hay que actuar sin darle importancia a lo que hasta ahora se le ha dado. Qué en una conversación quede explícito quien eres, cómo eres o con quien estar, pero sin tener que justificarse. La normalidad es la mayor arma en este contexto. Cuando ves que algo existe empiezas a entenderlo y no hace falta que lo justifiques. Hay que normalizarlo.
P. ¿Todavía queda mucho por hacer, se sigue dando por hecho que el otro es heterosexual?
R. Claro, pero está cambiando. Todo tiene que ver con nuestra tradición histórica, siempre se le ha dado mucha importancia a la pareja a un tipo de relación totalmente tradicional. Estas segundas generaciones ya no aceptan que les pregunten si estas con alguien independientemente de su orientación sexual. Y creo que no se sienten cómodos con una relación tradicional porque ellos están intentado explorar relaciones que hasta ahora, no se reflejaban en la ficción o no se comentaban en casa, por ejemplo, relaciones abiertas, el poli amor. Yo esto lo veo mucho en los adolescentes. Tiene la necesidad de explorar, luego ya verán que quieren en el futuro o ya decidirán lo que les hace felices… Ahora tienden a romper radicalmente con la tradición, con esa herencia del pasado que nos ha hecho tener muchísimos prejuicios.
P. ¿Para eso, la ficción y series como 'Heartstopper' son fundamentales?
R. Defendemos la ficción porque ayuda a normalizar y visibilizar, pero debemos hacer un poco de autocrítica y una serie como élite que también muestra las diversidades sexuales y de orientación de identidad también muestra un cuerpo perfecto que esta generación lo lleva implícito. Se están obsesionando cada vez más con los cuerpos perfectos y esto en el colectivo LGTBI se ve clarísimo incluso más que en los heterosexuales. Sino formas parte de ese cuerpo perfecto fibroso y musculado, hablo de los chicos, pero también cada vez más las chicas… parece que ya no pasa nada por ser gay, pero tienes que tener un cuerpo estándar y esa va a ser la siguiente barrera a la que nos vamos a enfrentar. Y estas series están fomentando este culto al cuerpo tan toxico. Cuando en una serie de ficción aparece un personaje gay tiene un cuerpo muy concreto y se siente todos atraídos por él, se cuida, va al gimnasio. Hace falta mostrar otros cuerpos y otras realidades, porque si no volvemos a lo mismo, lo que se salga de la norma está mal.
P. ¿Cómo afecta a los jóvenes no vivir su sexualidad de forma abierta?
R. Afecta en tu personalidad, porque luego, durante toda tu vida, tienes traumas, miedos, y te sientes culpable, esto se ve reflejado en la generación que ha intentado salir del armario, todavía tiene resquicios y temores; que no me vean dándome la mano con alguien, que no se entere mi familia que hago esto. Yo espero que esta la nueva generación de jóvenes rompa con estos temores y estas marcas que tiene.
P. ¿Y como contraprestación, cómo viven los que sí son capaces de vivirlo abiertamente desde tan jóvenes?
R. Creo que lo que hace que se sientan más seguros, libres y más empoderados es que ven que no pasa nada. Es muy importante que tengan referentes cercanos y no tan cercanos. Los profesores somos un buen ejemplo para la visibilidad, las familias también, los tíos, primos, amigos, todo eso es un referente, también los medios de comunicación y la ficción en general. Necesitan referentes positivos, cuando un adolescente ve que ser LGTBI no va ligado a su infelicidad, al dolor, se siente empoderados y podrán salir del armario con total naturalidad. Por eso me gusta ‘Heartstopper’, si eres gay no pasa nada, tienes más problemas como adolescente.
P. ¿Esa generación ‘Heartstopper’... cómo es?
R. Son una generación mejor. Lo han normalizado, pero no lo olvidemos, ha habido una clarísima voluntad política con una serie de políticas sociales para conseguir un cambio de mentalidad, para conseguir mayor tolerancia en general. Y aunque queda mucho ese debe ser el camino. No es que sean más tolerantes es que han crecido en un ambiente mucho menos hostil tanto en la educación como en el día a día. En este sentido, España es un ejemplo a seguir porque ha habido una intención conseguido que todo el mundo pueda ser quien es y que todo el mundo lo respete y lo tolere. Se tarda muchísimo en conseguir los derechos sociales y muy poco en perderlos, por eso hay que ser muy claro en los discursos.