Sí, ha leído bien. Después de toda la vida alertándonos sobre tomar el sol y recomendándonos cremas con un factor alto ante los rayos ultravioleta, ahora muchos médicos están diciendo todo lo contrario: que tenemos que exponernos a la luz solar sin protección porque a la población general le falta vitamina D. Pero, como todo, esta afirmación tiene matices importantes: nunca se debe tomar el sol en horas centrales del día sin protección, y el consejo concreto para la población general es que nos expongamos unos diez o quince minutos al día a luz natural, que no al sol directo, sin crema.
Porque la mayor parte de la población tiene cierto déficit de vitamina D, por el estilo de vida más centrado en interiores. Esto es así desde hace años, y se ha agudizado con la pandemia, cuando se ha incrementado el teletrabajo y las cuarentenas. Pero eso no quiere decir que las personas sanas que tengan la vitamina D algo baja tengan que medicarse, ni que se tengan que lanzar a darse baños de sol. "Término medio y sentido común", insiste Rodrigo Aispuru, portavoz de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria SEMERGEN. Y lo corrobora Maria del Campo, portavoz del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC): "Medir los niveles de vitamina D porque sí en población sana no está recomendado por ningún estudio científico, no hay evidencia que nos haga hacer este cribado".
La vitamina D es el elemento que permite la absorción del calcio en el organismo. "En realidad más que una vitamina es una hormona. Se descubrió hace 100 años y se catalogó en vitaminas, pero sus funciones son más parecidas a las de una hormona. Ayuda a que captemos el calcio de los alimentos y que vaya a los huesos. Si su nivel está bajo por más que tomemos calcio, no lo asimilamos. Más estudios, aunque menos contundentes, relacionan la vitamina D con la depresión, por ejemplo. Por eso ha habido un boom en el análisis de vitamina D incluso en personas sanas", contextualiza Aispuru. Está indicado medir su nivel en mujeres alrededor de la menopausia, ancianos que no salen de casa o personas mayores institucionalizadas. Porque son los que, en caso de no asimilar el calcio, podrían tener problemas de salud.
"Esto es más una moda que un asunto de salud", es contundente Del Campo: "Se está pidiendo de manera indiscriminada a la población general medir el nivel de vitamina D, cuando solamente hay que analizarla si hay patologías, o hay algún síntoma. Pero como se analiza indiscriminadamente su nivel, puede salir un poco baja y convertimos en enfermedad algo normal. Podemos tender a medicalizar la vida, y lo que hay que hacer es tener un estilo de vida sano".
Y sí, para elevar los niveles de vitamina D hay que exponerse al sol. Pero, como se adelantaba al principio del artículo, no hay que tomar el sol directamente, ni mucho tiempo, ni a horas centrales del día.
La doctora María del Campo, de SemFYC, especifica qué deben hacer las personas sanas sanas que quieran mejorar sus niveles de vitamina D por recomendación médica: exponerse al sol 10-15 minutos unos tres días a la semana, sin protección solar. Pero con matices:
"Hay que ser cautos, porque la gente es muy extrema. La exposición al sol es tan buena para la vitamina D como mala para la piel. Hay que medir el beneficio-riesgo, así que hay que advertir a la población que lo de la exposición directa es relativo, porque hay estudios que avalan que con media hora de exposición indirecta es suficiente", incide el portavoz de SEMERGEN.
Es decir, que el sol no pegue en la piel, sino en la sombra a luz natural. Y sí, es verdad que con protección solar de factor 50 no absorbes el sol para generar la vitamina D. Pero, en palabras de Aispuru, "hay que ir a un punto intermedio: evitar el sol directo porque cada vez hay más patología de piel por el sol, pero que nos dé la luz natural".
La dermatóloga Rosa Tabarner, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, asegura que no hay que obsesionarse con la vitamina D, ya que con una exposición de un pequeño paseo o trayectos para ir a trabajar puede bastar: "El 80% - 90% de la cantidad de vitamina D que necesitamos se sintetiza a partir de una reacción química que tiene lugar en nuestra piel gracias a la incidencia de una fracción muy determinada de la radiación solar, por lo que el sol resulta necesario", explica Tabarner.
Y añade: "Con 15-20 minutos al día o cada tres días en una zona pequeña de nuestra cuerpo ya es suficiente para tener la vitamina D necesaria. Es un error pensar que debemos estar horas y horas al sol para sintetizar la vitamina D". La dermatóloga explica que a partir de los 20 minutos nuestro cuerpo se satura y por mucho que estemos expuestos al sol ya hemos obtenido la vitamina D necesaria, nunca se va a acumular.