Las autoridades alemanas han detectado un caso humano de infección del virus de Borna en la ciudad de Mühldorf am Inn, en la región de Baviera. En 2021 se notificaron siete infecciones en toda Alemania, cinco de ellas en Baviera. El virus provoca cambios de comportamiento originando situaciones de ansiedad, agresividad, separación del rebaño o hiperactividad. Este virus puede ser responsable de una proporción considerable de casos de encefalitis fatal en humanos, de origen previamente desconocido, en todas las áreas de Europa dónde el patógeno es endémico. El trastorno neurológico que origina el virus es potencialmente fatal y se cree que la encefalitis por bornavirus tiene una alta tasa de letalidad en humanos.
El virus de la enfermedad de Borna 1 (BoDV-1) es uno de los dos miembros zoonóticos conocidos de la familia Bornaviridae. El BoDV-1 causa la enfermedad de Borna animal, una meningomieloencefalitis no purulenta que afecta principalmente a caballos, ovejas y otros mamíferos domésticos en regiones endémicas de Alemania, Liechtenstein, Suiza y Austria.
La enfermedad fue descrita por primera vez en Alemania en el siglo XIX. Recibió el nombre inespecífico de "enfermedad de la cabeza de los caballos” debido a que los animales tenían un comportamiento anormal. El nombre actual del virus y de la enfermedad deriva de la ciudad de Borna, cerca de Leipzig, en Alemania, donde desde la década de 1880 hasta la década de 1960, fueron observados frecuentes casos esporádicos de meningoencefalitis en caballos.
La musaraña bicolor de dientes blancos (Crocidura leucodon) es el único reservorio natural conocido del virus BoDV-1. En este huésped, el virus de Borna establece una infección persistente con un tropismo tisular notablemente amplio, pero sin enfermedad clínica aparente. En el año 2015, el descubrimiento de que el bornavirus 1 de la ardilla jaspeada (VSBV-1) era capaz de causar encefalitis fatal en humanos después de la transmisión desde ardillas exóticas a sus criadores, volvió a enfocar la atención en el potencial zoonótico de los bornavirus de mamíferos.
El potencial zoonótico del virus de Borna quedó demostrado en los años 2018 y 2019 cuándo fue notificada la presencia de BoDV-1 en tres casos de encefalitis en receptores de trasplantes de órganos sólidos que habían sido infectados a través de los órganos recibidos del mismo donante.
El donante de órganos no había mostrado signos de enfermedad neurológica y había muerto por sospecha de paro cardíaco repentino. Las dos personas que recibieron sendos trasplantes renales fallecieron por polirradiculoneuritis y encefalitis o encefalomielitis inducidas por BoDV-1, mientras que el receptor del hígado sobrevivió y se recuperó con secuelas de leucoencefalopatía y limitación visual por atrofia del nervio óptico.
Desde entonces, casi 40 casos de encefalitis en humanos por el virus de Borna han sido notificados a las autoridades sanitarias o han sido publicados en Alemania, algunos detectados retrospectivamente.
En el año 2020 investigadores alemanes publicaron un estudio en el que analizaron muestras de tejido cerebral de 56 pacientes que habían sido depositadas, entre enero de 1995 y agosto de 2018, en el Instituto de Microbiología Clínica e Higiene del Hospital Universitario de Regensburg (Regensburg, Alemania).
El motivo era discernir si existía una posible causa viral de la encefalitis o encefalopatía que presentaban las personas afectadas. De todos los pacientes, en 28 de los casos se conocía el motivo de la encefalitis y ninguna muestra de tejido dio positivo al virus de Borna. Sin embargo, en 7 de los otros 28 pacientes en los que no se conocía la causa de la inflamación, hubo resultado positivo a la infección por el virus de Borna y además, fue obtenido el primer aislado humano de BoDV-1.
Aunque no existe consenso en la comunidad científica, algunas investigaciones apuntan a que la presencia del virus de Borna está correlacionada con desórdenes neurológicos y psiquiátricos en humanos, incluidas la depresión severa o la esquizofrenia. Todavía no está claro cómo el virus infecta a los humanos, pero se cree que puede ser por la inhalación del patógeno cuándo es excretado a través de la orina, heces u otros fluidos de animales infectados.