Laia, la niña asesinada en Zaragoza, no acabará en una fosa común: su padre gana a su madre la batalla por su entierro

  • El padre de la niña asesinada en Zaragoza gana la batalla del entierro frente a la madre

  • La niña asesinada será inhumada en Lloret de Mar y no donde pedía la infanticida

  • La Audiencia de Zaragoza enmienda la decisión de la jueza instructora.

Manuel, el padre de Laia, la niña asesinada en Zaragoza ha ganado la batalla de su entierro frente a la madre, en prisión acusada de la muerte de su hija. La Audiencia de Zaragoza enmienda la decisión de la jueza instructora. La niña asesinada será inhumada en Lloret de Mar y no donde pedía la infanticida. La pequeña Laia llevaba un año y cuatro meses en la cámara frigorífica del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón. Contaba su historia entre lágrimas a Nius, desesperado porque su hija pudiera acabar en una fosa común. La justicia ya le había fallado no evitando su muerte cuando él no paró de denunciar los malos tratos que sufría en el hogar de su madre.

El infierno comenzó en enero de 2021 a las 22.50 horas, en la calle María Sánchez Arbós. El Centro de Emergencias 112 recibió una llamada para alertar de que la menor se encontraba en una situación de gravedad. La madre dijo que se había dado un golpe. La pequeña estaba mojaba, en principio la habían intentado reanimar.

Hasta el lugar se desplazó una patrulla de agentes, que pudieron comprobar el estado de la niña, "con moratones por todo el cuerpo". La víctima falleció mientras era trasladada en ambulancia hasta el centro hospitalario, y la autopsia confirmó que la pequeña sufrió una muerte "lenta y agónica".

Laia había sido víctima de maltrato

La causa inmediata de la muerte fue un shock por una peritonitis. A ello se añadía un edema craneal. De esta forma, la autopsia desvelaba el maltrato físico al que fue sometida la menor no solo aquella tarde-noche del 21 de enero, sino en días anteriores.

Junto a las lesiones en el cuerpo de la niña también se realizó una valoración por parte del servicio de Valoración Toxicológica y de Medio Ambiente que analizó el líquido hallado en el periocardio y que concluyó que es compatible con una sumersión por asfixia en el agua.

La Policía Nacional finalmente detuvo en Zaragoza a la madre y a su pareja de entonces por la muerte de su hija de dos años. Solo unos días después de su detención fueron enviados a prisión provisional por la muerte de la pequeña.

La investigación probó que a la menor se le suministraron distintas drogas, entre ellas cocaína y cannabis.

Pero llegó la sorpresa. La jueza decretaba que el cuerpo de la menor fuera enterrado en el lugar donde pedía la acusada de infanticidio, a pesar de la oposición del padre biológico de la menor. El juez dictaminó que el entierro fuera en Zaragoza, pero la madre alegó que no tenía dinero ni para hacer frente a los gastos del sepelio ni para mantener el nicho. Ante esta situación, los restos de la pequeña Laia podrían haber terminado en una fosa común. Un nuevo golpe para Manuel, que había denunciado previamente los malos tratos continuados que sufrían sus dos hijos cada vez que visitaban a su madre. No sirvió de nada.

Ahora, la Audiencia de Zaragoza enmienda la decisión de la jueza instructora. La niña asesinada será inhumada en Lloret de Mar. No acabará en una fosa común. Al menos estaba batalla, el padre de Laia sí la ha podido ganar.

Temas