Españoles en Shanghái tras 50 días de cierre: "Ahora nos obligan a hacernos una PCR cada 72 horas"
Los 26 millones de habitantes de Shanghái ya pueden salir de sus casas libremente aunque cumpliendo algunas restricciones frente a la covid
Dos españoles que residen en esta ciudad avanzan a NIUS cómo es 'la nueva normalidad' marcada aún por la política de covid cero del gobierno
"Mascarillas, limitación de aforos, muchas pcr y cuarentenas de 14 días si tienes contacto con un positivo"
Iban a ser cuatro días, pero acabaron siendo sesenta y cinco. Más de dos meses de un encierro que finalizó el 1 de junio y tras el que Shanghái ha eliminado prácticamente todas las restricciones. Las medidas de contención se han levantado tan rápido como se impusieron. "De sopetón", cuenta Laura Jerez, una joven diseñadora de moda catalana que vive en la ciudad china desde hace cuatro años. "El 1 de junio se levantaron vallas, se quitaron candados y todo el mundo fuera". "Fue una sensación rara", corrobora Eladio López, "Lalo", un empresario asturiano afincando en Shanghái desde 2015. "El día 31 de mayo todo estaba cerrado a cal y canto, y el 1 de junio, de repente, todo abierto, como si no hubiera pasado nada".
Lalo pudo captar la imagen inédita de un Shanghái desierto justo antes de la apertura. El gobierno chino entregó un pase por domicilio que permitía salir unas horas. El vídeo, que el español ha colgado en su canal de Youtube, muestra la ciudad más poblada de China completamente vacía.
Atrás quedan los duros días de la cuarentena, cuando estos españoles relataron a NIUS cómo la estaban viviendo, la estricta política covid cero del gobierno, los problemas de abastecimiento o el miedo a dar positivo y ser internados en un centro de aislamiento. Ahora, cuando ya parece superado lo peor, nos aclaran en qué consiste la 'nueva normalidad'.
Las restricciones en Shanghái tras la reapertura de la ciudad
"Hay que llevar mascarilla en el exterior cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad, en el interior y en el transporte público es obligatoria siempre, también se ha limitado el aforo en muchos lugares, en los restaurantes no puedes sentarte dentro, solo están abiertos para pedir para llevar o para consumir en terraza", aclaran. "La policía está interviniendo para evitar aglomeraciones sobre todo en la calle, por la noche, para impedir que se reúna gente bebiendo".
"Pero lo más novedoso es que nos obligan a hacernos una PCR cada 72 horas", explican. " Tú eres libre de ir adonde quieras, pero cada tres días te tienes que hacer una PCR en una especie de cabinas que han colocado en las calles y que son gratis. Lo peor es que se montan unas colas enormes". "Y si te dedicas a la restauración o manejas alimentos la prueba te la tienes que hacer todos los días". "Es una locura".
"Las cabinas están colocadas para encontrárselas cada 15 minutos y están atendidas por dos personas", apunta Lalo. "La primera te escanea el QR de tu móvil y te da un tubo asociado a tu nombre y tu código. Luego, otra persona te hace el test a través de un cristal enfundada en dos guantes de látex que salen por unos agujeros, mete la muestra en el tubo y en un plazo de 12 horas máximo tienes el resultado".
"Te llega directamente a la app donde tienes tu QR de salud. Si no estás contagiado te sale código verde y la fecha de la última PCR que te has hecho, si te sale rojo... ¡peligro! porque eres positivo", explica Laura. "Este código QR lo tienes que mostrar para poder acceder a muchos sitios, por ejemplo a supermercados, taxis... hoy nos lo han pedido en el veterinario, a veces también lo solicitan para poder comprar comida, etc."
¿Qué pasa si te contagias ahora en Shanghái?
"Está habiendo muy pocos casos, la verdad. Ayer hubo 22 en una ciudad que tiene 26 millones de habitantes. Menos de un caso por millón. La cifra es irrisoria", comparten. Pero aún así la respuesta de las autoridades sigue siendo rotunda. "Si alguien de tu edificio es contacto de un positivo confinan todo el bloque durante 48 horas, si en ese tiempo alguien da positivo el encierro se alarga 14 días", explica Lalo. "Es una barbaridad, porque igual yo no tengo ningún contacto con ese vecino", lamenta, "pero así de estricta es la política de covid cero a la que parece que no están dispuestos a renunciar".
"A los positivos los siguen trasladando a centros de aislamiento, pero me imagino que allí la situación será mejor, porque ya estarán prácticamente vacíos", apuntan ambos españoles.
¿Ha bajado la crispación social?
"Los ánimos se han calmado mucho", dicen. "La gente tenía tantas ganas de salir, de recuperar su libertad, que se han olvidado un poco de todo lo que han pasado en estos dos meses". "Se nota en el ambiente la alegría, la gente está contenta, pero también hay miedo de que la incidencia pueda dispararse otra vez y nos vuelvan a encerrar", cuenta Laura.
"En la calle las conversaciones son casi monotemáticas. Se habla mucho de los primeros momentos, de cuando no se podía conseguir comida, porque fue muy fuerte. Mira, a mi me llegó ayer un pedido de café que hice justo al inicio. Dos meses ha tardado, para que te hagas una idea de cómo ha sido esto, con todos los paquetes bloqueados...", dice Laura.
Lalo ha grabado esta peculiar forma de combatir el virus y lo muestra en un vídeo de su cuenta de Youtube, porque el español además de tener una empresa de producción y marketing de vídeo comparte momentos de su vida en China a través de esta red social.
"Otro tema de conversación entre los extranjeros es si te vas o te quedas en el país", apostilla Lalo. " Ha habido desbandada generalizada. Muchos han optado por irse en cuanto ha terminado la cuarentena. Piensa que la mayoría llevaban sin volver a casa desde Navidades de 2019 o desde Año Nuevo Chino de 2020, más de dos años. Los vuelos estaban muy caros, cuando había vuelos, y a la vuelta había que hacer una cuarentena muy estricta... Después de lo que ha sucedido aquí los dos últimos meses hay mucha gente que ha dicho bueno, ya está, ya he cumplido mi etapa en China". "Algunos, como yo, no podemos marcharnos de vacaciones porque la pandemia ha dejado tocados nuestros negocios y hay que quedarse a trabajar duro para reponerse", recalca.
"Cerrar una ciudad entera dos meses ha sido mortal para la economía", sigue Laura. "Yo tengo muchos amigos que han dejado de percibir ingresos o que han cobrado mucho menos", asegura. "Por ejemplo, profesores que han cobrado solo una parte de su sueldo porque al estar dando las clases online no les han pagado todo el salario. Hay muchísima gente afectada, gente de aquí y extranjeros. De hecho, yo creo que el motivo por el cual el 1 de junio dijeron venga, todo a funcionar de golpe, sin hacer una desescalada paulatina, es porque se necesitaba reactivar la economía urgentemente", concluye.