“Es un libro necesario”, dice Alfonso Escalero, director de la productora audiovisual I Love The World. Un libro que cuenta las otras historias del volcán, las de los afectados, las familias, madres, padres, abuelos, que lo han perdido todo.
Escalero cuenta cómo viajó a La Palma a realizar un documental y enseguida se dio cuenta de que tenía que cambiar de plan. Cientos de personas evacuadas contactaron con él para que les ayudara con fotos aéreas y les informara sobre el estado de sus propiedades durante la erupción, ya que ninguna administración pública les daba este servicio. Durante los 85 días que el volcán no paró de rugir la productora I love The World estuvo con su dron de manera totalmente altruista buscando las casas enterradas bajo el magma. “Algo que los políticos no hicieron. Por eso recurrían a mi. La gente me llamaba para darme las coordenadas de su casa. Y yo buscaba y buscaba, y encontraba lo que quedaba de ellas”.
"Tras la erupción había visto tanto dolor que yo mismo tenía que quitarme la ceniza y el azufre de dentro, tenía que expulsarlo. Por eso decidí hacer este libro. Poco a poco se corrió la voz y todas esas familias me escribieron contándome su historia personal, su drama personal. Este es el resultado: Las otras historias del volcán. Las que no se han contado", comenta el director de I love the world con un hilo de voz.
Es la mayor obra publicada hasta ahora sobre la erupción del Cumbre Vieja, con más de 80 testimonios directos de este suceso e impresionantes fotos aéreas. "Este es un libro que nace del dolor y que no quiere el olvido. Que pretende compartir lo que se ha vivido en La Palma con un mundo implicado, pero ajeno y lejano, a la belleza y crueldad de la naturaleza. En él se habla de la aceptación de las cosas que nos pasan, pero de las injusticias que deben ser evitadas. De la necesidad de aprender de los errores y de las heridas que se calman”, dice el prólogo del libro.
El volcán se ha vivido desde tres puntos de vista: la política, los científicos y los afectados. "Hay que aprender de los errores porque no todo se ha hecho bien. Se informó, sí, pero no bien y no a la gente adecuada. Ya sé que dicen que una cosa de esta magnitud no se puede prever, pero horas antes de que entrara en erupción por primera vez, había gente celebrando su cumpleaños ajenos a todo, que vieron como su casa desaparecía sin ni siquiera poder coger sus recuerdos, personas en la playa que se quedaron solo con su bañador y una mano delante y otra detrás. Es cierto, que no ha fallecido nadie en el volcán, pero sí se ha perdido mucha vida y mucha dignidad. Yo creo que casi todas las personas que han fallecido después ha sido de pena", cuenta Escalero.
Todo esto ha provocado una serie de desgracias en cadena que Alfonso ha vivido en primera persona. El único dron que había para estas familias era el de la productora. Atendía cientos de llamadas, miles de súplicas de personas que solo querían saber que le había pasado a su casa, a su terreno, a sus animales... "He visto a muchos animales morir ardiendo en la lava".
"Familias enteras, que ahora necesitan ser escuchadas y reconocidas en su silencio y desesperación". Cuando el volcán se clama, por fin, estalla la impotencia. 80 testimonios reales con verdaderos héroes y verdaderos dramas. Una familia se queda sin casa, la acogen sus amigos, que también a los pocos días se quedan sin vivienda y van a vivir con unos terceros amigos, y ahí empieza el drama de la convivencia. Unidos por la desgracia pero tres familias compartiendo el mismo espacio fue demasiado.
Otra mujer acogió nueve personas, 10 perros, un conejo y 20 pájaros. Otro vecino alemán con nueve casas de vivienda vacacional las vació y se las dio a las familias afectadas que a día de hoy siguen viviendo ahí. Otros se preocuparon día a día por si las casas de algunos vecinos seguían o no en pie, e iban repartiendo comida y trabajando a la vez. Otra vecina de 95 años acogió en su casa a cinco personas que siguen viviendo con ella hoy. Son miles de héroes anónimos
O Amanda, la dueña de la casa en mitad de la ceniza, que dio la vuelta al mundo, sigue sin una solución. Lleva nueve meses sin poder ir a su casa que sigue bajo la ceniza. Pero los políticos quieren conservar la zona como lugar de interés turístico mientras se decide si es zona natural. Mientras, muchos turistas van a la zona donde está la casa de Amanada, pero a ella no se lo permiten. Necesita una solución.
El trabajador de la UME que después de su jornada laboral cruzaba La Palma para desenterrar las casas de los afectados. O Vicente, el hombre que gracias a I Love The World consiguió que cientos de vecinos y voluntarios le ayudaran a desenterrar su casa. Y ante la avalancha de solidaridad, los políticos prohíben la entrada a los voluntarios y cierran la zona, dicen que hay peligro de gases. A día de hoy Vicente sigue sin casa, hay que darles respuestas a estos afectados.
Escalero ha explicado que los beneficios que se obtengan por la venta del libro serán entregados a la ONG Tierra Bonita, para diversas acciones de ayuda a los damnificados. El proyecto consistirá en dar asesoramiento jurídico a las personas afectadas para que puedan realizar los trámites y obtener las ayudas oficiales que necesitan y en una web donde se ofrecerá información objetiva al respecto, y, en general, sobre todo lo relativo a este fenómeno volcánico y sus consecuencias en la población.
El libro se puede reservar de momento en La Palma en a un precio de 25 euros la edición normal y 200 la de coleccionista, y, posteriormente, se podrá adquirir por 50 euros y 250 euros, respectivamente, en plataformas de venta online, como Amazón, y otros establecimientos. Quieren y pretenden que este libro de la vuelta al mundo, igual que la el volcán llegó a todos los rincones del planeta, el libro debe hacerlo. "La gente tiene que saber lo que ha pasado aquí y aprender de los errores".
Pero Alfonso, no para de dar vueltas a nuevos proyectos, todo por los palmeros. Su última idea es conseguir que se ponga una luz led por cada una de las casas desaparecida bajo el volcán de Cumbre Vieja.
"Lo que ha pasado ha sido muy duro, pero no ha terminado ni de lejos. Por eso no podemos dejar de contarlo y no podemos dejarles solos", concluye Alfonso Escalero.