La ciudad china de Wuhan se recupera del paso del coronavirus, pero lo hace entre fuertes medidas de prevención, sobre todo en el transporte público. Los habitantes de la localidad están obligados a entregar sus certificados de salud al coger un ferry o entrar en el autobús, y también son indispensables los controles de temperatura.
En las taquillas además se recuerda la importancia de la distancia social y una gran parte de los viajeros usa mascarilla.