La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha asegurado que el próximo curso los alumnos de hasta 10 años puedan estar en pequeños grupos, "a modo de familia o convivientes", y no tengan que guardar la distancia mínima de un metro y medio de seguridad. Lo que parece ya claro es que todos volverán a clase en septiembre.
Un día antes de reunirse en Conferencia Sectorial con las comunidades, Celaá ha explicado que "absolutamente sí será presencial" el curso 2020-21 y que la última evidencia científica no sitúa a los niños como vectores importantes de la transmisión del coronavirus.
Por ello, se podría concebir que hasta los 10 años se configuraran "grupos a modo de familia o con vivientes". "En esa burbuja o set o módulo pueden moverse con tranquilidad, sin necesidad de guardar la distancias de 1,5 metros", ha recalcado. Eso no quiere decir, ha apuntado, que en el resto del centro no se guarde dicha distancia. De hecho, en 5.º y 6.º de Educación Primaria, Educación Secundaria y Bachillerato los espacios se reorganizarán de forma que se cuente con una separación de al menos 1,5 metros entre las mesas. Se priorizará la utilización de los espacios al aire libre para la realización de las actividades educativas y de ocio, en lugar de los cerrados.
Sobre el uso de la mascarilla en colegios e institutos, la ministra ha comentado que tendrá que llevarse a partir de los 6 años pero que "habrá flexibilidad" dentro de la citada burbuja o grupo de convivientes. Las clases serán de grupos entre 15 o 20 alumnos, y se podrán habilitar todos los espacios de los centros, aunque serán temas a tratar con las comunidades para llegar a un arranque de un curso "seguro, bien organizado y que aporte tranquilidad".
La ministra ha recordado que en la fase 1 de la desescalada se pudo desinfectar los centros y abrir para tareas administrativas mientras que en la fase 2, en la que está ya la mitad del país, se han podido abrir las aulas.
La ministra ha reconocido que la reapertura está siendo estas semanas "dispar" pero porque las comunidades tienen la autonomía para elegir cómo hacerlo y que, en general, han vuelto alumnos de final de etapa, es decir, cuarto de ESO y segundo de Bachillerato.
Respecto a la prevención personal, hacen hincapié en la higiene de manos frecuente y meticulosa, evitar tocarse la nariz, ojos y boca o usar pañuelos desechables.
Además, cada centro debe tener, de forma complementaria al documento base, un Plan de Inicio de Curso y Planes de Contingencia.
Se propone que haya una persona responsable de referencia para los aspectos relacionados con la COVID-19 y se recomienda la creación de un equipo, formado por distintos representantes de la comunidad educativa, que garantice que todo el mundo esté informado, así como el cumplimiento de los principios.
Cada centro deberá disponer de un protocolo de limpieza y desinfección. La limpieza deberá hacerse al menos una vez al día, reforzándose en aquellos espacios que lo precisen en función de la intensidad de uso, como por ejemplo en los aseos, donde será de al menos tres veces al día.
Se deben realizar tareas de ventilación frecuente en las instalaciones y durante al menos cinco minutos al inicio de la jornada, al finalizar y entre clases, siempre que sea posible. Cuando las condiciones meteorológicas y el edifico lo permitan se aconseja mantener las ventanas abiertas el mayor tiempo posible.
Estos últimos para preparar la prueba de acceso a la Universidad (EBAU), sobre la que Celaá ha pedido a los estudiantes un "último esfuerzo" a la vez que les ha asegurado que tendrán más opción de preguntas a elegir y que se tendrá en cuenta que hay temas del tercer trimestre que no han podido estudiar.
En cuanto a la brecha digital que se ha detectado en el confinamiento, Celaá ha recalcado que se trata de una "brecha social" y ha adelantado que el próximo día 16 llevará al Consejo de Ministros un convenio con las comunidades para proveer a los alumnos sin recursos del material digital que necesiten para estar conectados con sus profesores y sus centros.
Si una persona comienza a desarrollar síntomas compatibles con la COVID-19 se la llevará a un espacio separado de uso individual, se le colocará una mascarilla quirúrgica (tanto al que ha iniciado síntomas como a la persona que quede a su cuidado) y se contactará con la familia.
Se debe llamar al centro de salud o al teléfono de referencia de su comunidad o ciudad autónoma, y a su Servicio de Prevención de Riesgos Laborales en el caso de trabajadores, y se seguirán sus instrucciones. En caso de presentar síntomas de gravedad o dificultad respiratoria se llamará al 112.
Salud Pública será la encargada de la identificación y seguimiento de los contactos según el protocolo de vigilancia y control vigente en la comunidad autónoma correspondiente.
Isabel Celaá ha afirmado que volver a abrir los centros educativos "no es tan fácil" como la reapertura de comercios y establecimientos, porque implica "el desarrollo de actividades de gran responsabilidad" y conlleva "una gran dificultad".
En una entrevista a la SER Catalunya, Celaá ha asegurado que "la vuelta a la escuela no es comparable en absoluto con la apertura de unos establecimientos o almacenes", y ha señalado que el regreso a las aulas responde a criterios sanitarios que marca el Ministerio de Sanidad.
Además, Celaá ha negado que no existan planes para la educación durante la desescalada. Durante la fase 1, ha recordado la ministra, se permitió la reapertura de los centros educativos, cerrados desde mediados de marzo para contener la propagación del coronavirus, para reanudar actividades administrativas.
En la fase 2, los centros educativos ya han podido "recibir alumnos que se iban a encontrar con exámenes finales o necesitaban refuerzo", ha indicado Celaá. "Pero las provincias han entrado de forma asimétrica, y lo han venido haciendo de forma desigual", ha apostillado.
La ministra de Educación ha puesto en valor que España haya permitido el regreso voluntario y parcial a las aulas durante este final de curso, mientras países como Italia han tomado la decisión de no abrir colegios hasta septiembre. "Incluso en nuestro propio país, Andalucía ha hecho lo mismo", apunta Celaá.