El brote de coronavirus que ha afectado ya a más de 381.000 personas en todo el mundo está generando escenarios sin precedentes: ciudades enteras aisladas, ciudadanos confinados y los servicios sanitarios al borde del colapso. En la actualidad, poco queda ya de la vida tal y como la conocíamos antes de que esta pandemia acabara con la vida de más de 16.000 personas.
Ahora, los países luchan sin descanso por la ya conocida expresión "frenar la curva", que trata de parar los contagios y evitar la propagación. Aunque en España parece que ese pico máximo podría estar cerca, las autoridades insisten en la calma y la paciencia: acabar con una pandemia no será algo fácil, y mucho menos rápido.
El coronavirus no terminará cuando acabe el estado de alarma de nuestro país, o cuando diferentes países del mundo comiencen a descender sus cifras de contagiados. Para acabar con el Covid-19 se necesitará cambiar, durante al menos un periodo de tiempo, nuestro modo de vida.
Como recoge Gideon Lichfield en la plataforma Technology Review, la mayoría de nosotros no nos hemos dado cuenta de que la normalidad tardará en volver y que incluso puede que algunas cosas no vuelvan a ser las mismas. Si cuando comienza a haber un avance las medidas se relajan, se podría correr el riesgo de volver al inicio, con graves consecuencias para la población.
Lichfield reflexiona sobre algunos de los posibles cambios que las sociedades vivirán tras el coronavirus, como la minimización del contacto social: un periodo de tiempo en el que nuestras quedadas con amigos o familia se reduzcan, sin estar prohibidas, para tratar de reducir los contactos y evitar posibles repuntes del contagio.
Estas medidas también pueden afectar sobre todo a los lugares que reúnan grandes aglomeraciones de gente. Desde los cines, gimnasios y tiendas, que podrían llegar a interponer distancia de seguridad entre los usuarios, hasta los grandes conciertos o festivales, que pueden ver alterados sus mecanismos ante el gran factor de riesgo que generan.
Tampoco es de extrañar que el Covid-19 saque a la luz nuevas formas de socializar hasta ahora no conocidas como el teletrabajo en España o el empleo de las nuevas tecnologías para todo tipo de usos, como nuevas formas de control de la población mediante las aplicaciones que registran síntomas.
A pesar de que parece que la vida sin ciertas restricciones tardará en llegar, hay quien piensa que esta pandemia abrirá los ojos a una sociedad en la que esta crisis sanitaria ha dejado al descubierto muchas carencias, como la necesidad de un sistema sanitario fuerte y prevenido ante futuras pandemias.
Todos estos cambios de rutina tendrán que adaptarse, además, ante la llegada de lo que parece ser una crisis económica inminente. Las economías también jugarán un papel importante en la sociedad post Covid-19 con los trabajadores como grandes afectados, que tendrán que superar momentos de austeridad tras la gran inversión necesaria.
Aunque nadie tiene la certeza de cómo el coronavirus cambiará la sociedad, lo que parece estar claro es que, al menos durante un tiempo, nuestro modo de socializar, trabajar, comprar y en general vivir, no volverá a ser igual.