La nueva normalidad no permite retomar planes de vacaciones de años pasados y quien este verano se decida a viajar -pocos, según el Centro de Investigaciones Sociológica (CIS)- se verá forzado a respetar nuevas reglas, con fronteras cerradas, playas por turnos y mascarillas obligatorias.De acuerdo con el último barómetro del CIS, el 65,7 % de los españoles no tiene pensado ir de vacaciones, y el 90 % de quienes sí planean veranear lo harán en España.
El cartel de prohibido fumar colgado hace pocos años en algunas de las playas del país estará acompañado este verano de infinidad de reglas marcadas por los ayuntamientos costeros, que han comenzado a reclutar a ejércitos de vigilantes para informar de las nuevas normas y garantizar que se respetan los aforos fijados.
Muchos municipios han instalado cámaras y sensores para controlar esos aforos y aplicaciones para que los usuarios puedan conocer en cada momento el nivel de ocupación de las playas, la mayoría de ellas parceladas para asegurar las distancias y muchas con sectores separados para personas mayores, familias con niños o grupos de adultos.
Para acceder a las playas de Benidorm (Alicante), por ejemplo, habrá que reservar plaza previamente en una plataforma digital, mientras que Bakio (Bizkaia) ha fijado que domingos y festivos su playa será "dinámica", es decir, no se podrá tomar el sol.
Según el CIS, sólo un 6 % de los españoles que se plantean vacaciones de verano piensa en ir al extranjero, con infinidad de destinos turísticos cerrados a cal y canto en todo el globo.
El pasado 21 de junio los miembros del espacio Schengen abrieron sus fronteras y, con ello, la posibilidad de viajar a la mayoría de los países europeos sin tener que guardar cuarentena a la llegada. Por el momento, quien viaje al Reino Unido sigue obligado a aislarse 14 días.
La frontera con Portugal se abrirá el 1 de julio, fecha elegida también por otros países turísticos, como Egipto, para comenzar a recibir de nuevo visitantes internacionales. Pero Europa sigue siendo un experimento. Las fronteras de la mayoría de los países americanos siguen cerradas, al igual que las de muchos africanos y asiáticos.
Ante la disparidad de normas y regímenes, las compañías aéreas aconsejan a sus pasajeros que estudien con detalle la situación de su país de destino al planificar el viaje.
Tras una etapa agónica las compañías áreas empiezan a unir algunos destinos internacionales, y Renfe amplía su oferta de trenes, aunque todavía lejos de las frecuencias del periodo previo a la pandemia.
Las empresas de transporte, con mascarilla obligatoria, tantean la demanda, y el CIS deja entrever que, por el momento, el miedo la contiene: el 82,9 % de los veraneantes dice que viajará en su coche particular; sólo el 3,4 % usará el tren, y el 13 % se decanta por el avión.
Ha vuelto a funcionar también BlaBlaCar, red social para compartir viajes en coche, que ha habilitado una opción para que los conductores puedan publicar sus viajes con un único asiento disponible en la parte de atrás.
Los controles de temperatura, a distancia, se han generalizado en los aeropuertos, donde los viajeros deben entregar una ficha en la que se comprometen a informar a las autoridades si presentan síntomas de la COVID-19 en las dos semanas siguientes a su llegada a España.
Comunidades como Madrid o Canarias, sin embargo, no lo ven suficiente. El presidente canario, Ángel Víctor Torres, ha insistido este martes en la importancia de realizar test PCR en origen y destino y sigue negociando con el Ministerio de Sanidad.
De acuerdo con la encuesta hecha pública este martes por la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (ACAVe) entre las más de 500 empresas asociadas, el sector prevé facturar este año un 70 % menos que en 2019 y no espera recuperar la facturación previa a la crisis de la COVID-19 hasta 2022.
Sitúa entre los destinos nacionales más solicitados Baleares (36 %), la costa mediterránea (33 %) y los alojamientos de turismo rural (28 %). Por comunidades autónomas, las que tienen más demanda son Baleares, Cataluña y Andalucía.
De acuerdo con el CIS, casi el 28 % de los veraneantes pasará sus vacaciones en su segunda vivienda, frente a un 26 % que irá a un hotel o apartahotel y un 20,4 que alquilará vivienda. Piscinas y zonas comunes de alojamientos turísticos mantendrán todavía limitaciones de aforo en muchas comunidades autónomas.