La Organización Mundial de la Salud (OMS) está estudiando los esporádicos casos de miocarditis y pericarditis que se han producido tras la vacunación con dosis de Pfizer frente a la COVID-19.
"Han llegado casos desde Estados Unidos e Israel hasta ahora. Seguimos investigando si es está relacionado con la vacuna o es parte de la distribución normal", ha avanzado la subdirectora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Acceso a Medicamentos y Productos Sanitarios, Mariângela Simão, en rueda de prensa este lunes.
En España se han inoculado, hasta el 30 de mayo, un total de 26.227.825 vacunas contra la covid-19 sobre las que se han notificado 24.491 acontecimientos adversos, de los que 4.659 fueron considerados graves, es decir, el 0,01 por ciento, once centésimas menos que en el último informe.
Sobre la vacuna Pfizer y casos notificados de miocarditis (inflamación del músculo del corazón) y pericarditis (inflamación de la membrana que rodea el corazón) en Israel, la AEMPS entiende que "no se puede establecer una relación causal entre la aparición de miocarditis o pericarditis y la vacunación".
En España y en relación a Pfizer, las notificaciones de efectos adversos graves fueron 2.432 que representan el 0,01 por ciento de las dosis administradas.
Los más frecuentes fueron estado febril, en un 38 por ciento; cefalea, 28 por ciento y mialgia, 21 por ciento.
Respecto a Moderna, la AEMPS informa de que se ha identificado la diarrea como una nueva reacción adversa, por lo que se incluye en la ficha técnica.
Entre las 2.403.231 dosis administradas de esta farmacéutica hubo 2.850 notificaciones de efectos adversos graves, el 0,11 por ciento. La mayoría se dieron en mujeres (82 por ciento) y personas entre 18 y 65 años (89 por ciento).
Al igual que en Pfizer, las reacciones más comunes son estado febril, cefalea y mialgia, además de dolor en la zona de vacunación, malestar, escalofríos y náuseas.
En relación a Pfizer y los efectos adversos de su vacuna, durante estos días han salido a la luz algunas noticias falsas en las que se relacionaba el paro cardíaco que sufrió el jugador de Dinamarca Christian Eriksen, con la administración de la vacuna contra el coronavirus, algo que es totalmente falso.
Giuseppe Marotta, el CEO del Inter de Milán, confirmó que Eriksen no se había vacunado contra la COVID-19 en declaraciones a la cadena italiana Rai 1: "No ha sido vacunado", respondía tajante.
Además, por su parte la selección de Dinamarca tampoco vacunó a la selección de fútbol antes de la Eurocopa, por lo que los efectos adversos de Pfizer no tienen nada que ver con este problema cardíaco.