El fuego reduce a cenizas las Fallas del coronavirus, año y medio después
El fuego "purificador" para el mundo fallero ha puesto fin este domingo, un año y medio después, a las Fallas del coronavirus, con la 'cremà' del monumento principal de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia, el último en acabar bajo las llamas en la ciudad. La icónica Meditadora ha pasado a la historia en una plaza cerrada al público y sin su calor, pero con la misma emoción de siempre, que ha exhibido la Fallera Mayor, Consuelo Llobell y su corte, tras un cielo iluminado por un castillo de fuegos artificiales.
Las llamas colocan así el broche a las históricas fiestas josefinas de 2020, que fueron suspendidas por la pandemia y que, finalmente, la evolución de la crisis sanitaria han hecho que puedan celebrarse un año y medio después, en este mes de septiembre en lugar del tradicional marzo. De esta forma, y con permiso de una DANA que se sumó al inicio del calendario festivo oficial, las comisiones han podido cerrar el ciclo 541 días después, con los monumentos reducidos a ceniza.