Tratamiento de ozono contra el covid: ¿en qué consiste y dónde se ha llevado a cabo?
Dos pacientes covid hospitalizados en España estaban recibiendo tratamiento de con ozono
Un juez ha revocado la autorización para continuar con dicho tratamiento al paciente de Castellón
Las autoridades médicas y sanitarias, radicalmente en contra de estos tratamientos
Hoy se ha interrumpido el tratamiento de ozonoterapia a uno de los dos enfermos de covid19 hospitalizados en España que reciben esta técnica en la actualidad gracias a sendas decisiones judiciales. La interrupción del tratamiento de este paciente ocurre después de que el juez del caso decidiera el viernes pasado revocar su autorización. Dicho tratamiento con ozono ha suscitado gran rechazo entre los médicos y responsables sanitarios.
Se trataba de un paciente de 49 años ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de La Plana, en Vila-real (Castellón), que estaba recibiendo dicho tratamiento a petición de su familia desde el pasado 13 de agosto. La decisión del magistrado de interrumpir el tratamiento se hace efectiva hoy y llega después de que la Abogacía de la Generalitat valenciana presentara un recurso contrario a un tratamiento que debía prestarse por personal externo al centro, ya que no forma parte de los protocolos ni de la cartera de servicios del sistema de salud.
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En qué consiste el tratamiento de ozonoterapia
La ozonoterapia es la aplicación de ozono médico mediante mínimas punciones, inhalación o aplicación directa con fines terapéuticos, en teoría para mejorar el funcionamiento de órganos y tejidos, tratando múltiples enfermedades. Quienes defienden esta técnica afirman que ayuda al tratamiento de más de 100 enfermedades (entre las que colocan el cáncer, el asma, el enfisema, el SIDA, la artritis, la esclerosis múltiple y hasta el Alzheimer).
El uso del ozono, al tratarse de uno de los desinfectantes más eficaces contra virus y bacterias, hace pensar a los defensores de esta técnica que puede ayudar contra enfermedades víricas al administrarse de diversas formas al cuerpo humano (mediante inyecciones subcutáneas, intramusculares o intraarticulares, vía endovenosa, insuflación rectal o vaginal o mediante aplicación local mediante cremas o aceites).
El ozono médico es una mezcla de un 5% como máximo de ozono y un 95% de oxígeno. Fue usado por primera vez en medicina durante la primera Guerra Mundial para la limpieza y desinfección de las heridas. Sus defensores afirman que la aplicación de este oxígeno extra en la sangre ayudaría a luchar contra el SARS-CoV-2.
Dónde se estaban aplicando estos tratamientos
En España se estaban aplicando tratamientos de ozonoterapia en dos pacientes covid hospitalizados en UCI's con el aval de dos resoluciones judiciales. El primero de ellos era el caso del paciente de Vila-Real, en Castellón. El segundo caso se ha producido, poco después en Catalunya. Allí, un juzgado de Barcelona autorizaba la administración de ozonoterapia a un enfermo ingresado por coronavirus, en contra del criterio sanitario establecido. Este paciente continúa recibiendo dicho tratamiento.
Como en el caso de Castellón, las autoridades sanitarias están radicalmente en contra de estos tratamientos. La Conselleria de Salud de la Generalitat ha criticado que la autorización del juzgado de Barcelona para la administración de ozonoterapia en un centro hospitalario al "ir en contra del criterio sanitario establecido". Los equipos jurídicos del departamento trabajan para interponer "de forma inmediata" alegaciones contra esta decisión, que Salud considera una injerencia sobre las evaluaciones clínicas de los profesionales.
La Conselleria de Salud ha subrayado que el ozono no está autorizado como medicamento por las agencias reguladoras y su uso no está contemplado en los protocolos de actuación del Servei Català de la Salut (CatSalut), y que están "basados en evidencia científica".
Los médicos, en contra: "ciencia sí, magia no"
Profesionales sanitarios, particulares y colectivos se concentraban estos días a las puertas de hospitales y centros de salud de toda la Comunitat Valenciana en apoyo al personal de La Plana, en Vila-real, para protestar contra el peligro que ven la entrada de estos tratamientos en la sanidad pública.
A las puertas del centro, donde se han exhibido carteles con el lema "Ciencia sí, magia no" este pasado martes, representantes de la Junta de Personal han leído un manifiesto en el que han advertido de que, con decisiones judiciales de este tipo, se corre "el riesgo de abrir nuestro centro a pseudoterapias". Así, han alertado de que se empieza con el ozono "luego pasaremos por el reiki y terminaremos con los cuencos tibetanos".
"El ozono -ha advertido el Departamento catalán de Salud- es una molécula de oxígeno triatómico con efecto oxidativo, empleada como desinfectante, que no está autorizada como medicamento por las agencias reguladoras" y "puede tener efectos secundarios como irritación por su inhalación o dificultad respiratoria, tos y flebitis si la administración es intravenosa".
La aplicación de tratamientos no autorizados debe contar además con la autorización expresa de la Agencia Española del Medicamento y los productos sanitarios (AEMPS), que en este caso ya "se pronunció categóricamente en contra del uso de este producto", señaló además la Conselleria catalana.
Múltiples organismos se han pronunciado en los últimos días en contra de la imposición judicial de un tratamiento no autorizado, incluida la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que señaló que que "la clínica de los pacientes debe estar en manos de los profesionales sanitarios" y no de "otras instancias".
El Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) y la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y Baleares (ACMSCB) advirtieron que decisiones judiciales de este tipo generan desconfianza entre los sanitarios y sus pacientes y rechazaron que por la vía judicial "se dé cobertura legal a creencias, deseos o decisiones individuales que superan ampliamente el marco ético, científico y legal".
También la Comisión Permanente del Comité de Bioética de la Comunidad Valenciana mostró su discrepancia, cuando señaló que el ozono no tiene en la Unión Europea consideración de "producto sanitario" y que aunque los pacientes tienen derecho a rechazar un tratamiento, no pueden exigir "tratamientos no conocidos, en cuanto a su eficacia, efectividad y seguridad".