Chad Roy, profesor de profesor de Microbiología e Inmunología en la universidad norteamerficana de Tulane afirmaba este fin de semana revista tecnológica del MIT que "no hace falta que la OMS salga a proclamar que está en el aire para que podamos apreciar que se trata de una enfermedad transmitida por esta vía". A raíz de esto, este científico se preguntaba, "no sé cuánto más claro debe ser en términos de evidencia científica".
Las afirmaciones y preguntas de Roy Chad coinciden con las opiniones de más de 200 colegas de todo el mundo que recientemente enviaron una carta a la Organización Mundial de la Salud para que se replanteé su rechazo a que el SARS- CoV-2 se transmite por el aire como el sarampión o la tuberculosis.
Según declaraciones de Roy a este medio, "estamos bastante seguros de que el SARS-CoV-2 se transmite a través de pequeñas gotas que contienen partículas virales capaces de provocar una infección". Pero qué implica que esté en el aire. Pues que estas gotículas o aerosoles "puede propagarse por inhalación a largas distancias, tal vez incluso a través de diferentes habitaciones".
Roy recuerda a otros colegas que aseguran que los patrones de contagio del SARS-CoV-2 no reflejan esta posibilidad de transmisión aérea, que las gotículas pueden ser de varios tamaños de forma que mientras que las más grandes caerán rápidamente al suelo u otras superficies, las más pequeñas (solo unas pocas micras de ancho) pueden permanecer en el aire por un tiempo, dándoles la oportunidad de ser inhaladas.
Por ello recomienda a la OMS y a los dirigente mundiales "una recuperación más lenta y controlada de la apertura económica" para evitar casos como el de Estados Unidos que ha apostado por abrir pronto sus comercios y servicios.
También pide normas más estrictas que refuercen las medidas higiénico sanitarias impuestas durante la pandemia, así como introducir otras nuevas. Afirma que "nuestras tácticas actuales para detener la propagación no serán suficientes".
El uso de mascarillas es otra de las recomendaciones de Roy Chad para evitar los contagios. Pide que se amplíe la exigencia de este elemento protector a todos los espacios de convivencia social ya que es una gran arma para "romper la transmisión".
Pero en el mundo científico hay discrepancias sobre el papel de las mascarilla para evitar os contagios. Lisa Brosseau, es profesora jubilada de salud pública y asesora para empresas y organizaciones. Ella cree que "aunque las mascarillas pueden limitar la propagación de partículas más grandes, son menos útiles para las más pequeñas, especialmente si se ajustan flojamente. "Desearía que dejáramos de confiar en la idea de que las mascarillas lo resolverán todo y ayudarán a aplanar la curva", dice. "Es un pensamiento mágico, no va a suceder". Para que las máscaras realmente marquen la diferencia, deberían usarse todo el tiempo, incluso en familia.
Brosseau cree que la evidencia tiende a la conclusión de que la transmisión aérea es "el modo de transmisión primario y posiblemente más importante para el SARS-CoV-2". Ella dice: “Creo que la cantidad de tiempo y esfuerzo dedicado a desinfectar cada superficie una y otra vez ha sido una gran pérdida de tiempo".