Ni en defecto ni en exceso, el sol también tiene sus tiempos y conocerlos nos ayudará a protegernos sin quedarnos sin playa. Cada año, se intercalan los estudios que hablan de los beneficio de la radiación solar ultravioleta (reduce la presión arterial, sintetiza la Vitamina D y mejora los procesos depresivos) con los perjuicios de la exposición solar, el envejecimiento de la piel o incluso el cáncer.
La necesaria Vitamina D
Con esta disyuntiva de fondo, el Grupo de Investigación en Radiación Solar de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha optado por analizar y cuantificar qué tiempo de exposición solar resulta saludable. Si calculamos cuánto tiempo es necesario tomar el sol para sintetizar la necesaria Vitamina D en cada época del año sin llegar a producir daños en la piel, conseguiremos tener todos los beneficios de los rayos ultravioletas sin sufrir lesiones en nuestra dermis.
“En España, a pesar de ser un país con muchas horas de sol, diferentes artículos han reportado un alto porcentaje de deficiencia de vitamina D entre varios estratos de la población española”, comenta María Antonia Serrano, científica de la UPV y principal autora de la investigación, publicada en la revista Science of the Total Environment.
Consumir con moderación
Los resultados muestran que en julio, a mediodía, basta con tomar el sol siete minutos para asegurarse una dosis suficiente de vitamina D, tiempo muy inferior a los 29 minutos necesarios para sufrir eritema. En primavera, para la misma cantidad de vitamina, se necesitan 11 minutos de exposición solar (y el enrojecimiento llega a partir de los 44), mientras que en otoño hacen falta 30 minutos (y para el eritema, 70).
El problema surge en invierno, y es que para lograr la dosis mínima recomendada hacen falta 130 minutos de exposición, lo cual no implica riesgo de quemaduras (estas requieren tomar el sol 150 minutos), pero resulta poco viable porque la mayoría de las personas no puede estar dos horas y pico al aire libre durante los mediodías invernales, lo que ayudaría a entender el déficit de Vitamina D de los españoles.
Cuestión de pieles
“Estos cálculos se realizaron para el tipo de piel III, pero si fuera más clara o más oscura las cifras cambiarían”, apunta la investigadora. ”También hay que tener en cuenta que hemos considerado un porcentaje de cuerpo expuesto habitual para la temporada. Si este fuera mayor, entonces el tiempo de exposición se reduciría”, añade.
“Además, la radiación recibida depende de la postura, la forma del cuerpo y la ropa. También debe tenerse en cuenta que todas las áreas de la piel del cuerpo no sintetizan vitamina D con la misma eficiencia”, revela María Antonia Serrano.
Ponerle reloj al sol
La conclusión final no es otra que descubrir que cualquier mes del año es necesario tomar un poco el sol para obtener la dosis recomendada de vitamina D, siempre estimando que sea un tiempo inferior al que haría falta para provocar eritema o enrojecimiento de la piel. De este modo es posible una exposición solar saludable.
Además, según explica la investigadora de la Universitat Politècnica de València, “estos resultados pueden ayudar a la adopción de medidas apropiadas para compensar la posible deficiencia, como informar al colectivo médico sobre la conveniencia de aumentar la ingesta de vitamina D a través de la dieta o suplementos”.