Un estudio liderado por la médica e investigadora de la Universidad de Washington, EEUU, Blythe Adamson, ha demostrado que la nueva variante del coronavirus, ómicron, se detecta mucho antes a través de los test de antígenos por saliva que los realizados mediante un hisopo nasal.
La media en los tiempos de detección puede llegar hasta los dos días antes en los test realizados con las secreciones bucales, según apunta la investigación. El documento apunta a que la mayoría de los casos de ómicron son infecciosos durante varios días antes de ser detectados por las pruebas rápidas de antígenos.
Este retraso en la detección vendría dado por el tipo de infección de ómicron, que "afecta más los bronquios, pero con una infección menos grave en los pulmones". El virus produce un aumento de los síntomas de dolores de garganta y la disminución de la pérdida del gusto y el olfato, y son "mejor detectados por saliva que con hisopos nasales".
El equipo de investigadores realizó pruebas de control a 30 personas durante el mes de diciembre de 2021 en sus lugares de trabajo para demostrar la eficacia de los test de saliva, en comparación a los nasales. Los resultados muestran en los primeros días todas las pruebas rápidas de antígenos produjeron resultados negativos falsos, ya que 28 de los participantes presentaba carga viral infecciosa de ómicron.
La prueba rápida de antígeno en la saliva ofrecía un pico de carga viral uno o dos días antes que la prueba nasal, según el análisis del grupo de estudio, a quienes les realizaron pruebas diarias. Asimismo,el estudio comprobó que la media de tiempo desde la primera PCR positiva hasta el primer antígeno detectable era de tres días.
Los resultados de investigación también mostraron a la media de tres días que, comparados los test de antígenos nasales con los de saliva, las pruebas realizadas con saliva daban resultados positivos uno o dos días antes que la prueba nasal.
El estudio destaca también que todos los participantes desarrollaron síntomas en los dos días posteriores a la primera prueba PCR positiva. Los investigadores aseguran de este modo que las pruebas rápidas de antígenos, por lo general, tardan más en detectar la variante ómicron en sus primeras fases de la enfermedad, momento en el que las personas contagiadas ya son infecciosas.
En el caso del estudio se habrían confirmado hasta cuatro transmisiones. Los resultados muestran la necesidad de "reevaluar" las pruebas de diagnóstico para cada nueva variante de interés. Los test funcionan de forma distinta y con ómicron la detección se retrasa lo suficiente como para infectar a nuevas personas.