Las teorías conspirativas del coronavirus: el laboratorio de Wuhan, la patente de Bill Gates o la tecnología 5G
Un estudio elaborado por Scripps Research Institute señala que el virus es producto de la evolución natural
El coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, es producto de la evolución natural, según los hallazgos de un estudio publicado en la revista 'Nature Medicine'. Esta investigación, realizada por científicos del Scripps Research Institute, no ha encontrado ninguna evidencia de que el virus se haya creado en un laboratorio o se haya diseñado de otra manera.
"Comparando los datos de secuencia del genoma disponibles para las cepas de coronavirus conocidas, podemos determinar con firmeza que se originó a través de procesos naturales", afirma Kristian Andersen, uno de los líderes del estudio. Virologica, un foro científico, también recoge otro estudio que demuestra que este virus no fue creado por humanos, desde un punto de vista genético.
Poco después de que comenzara la epidemia, los científicos chinos secuenciaron el genoma del virus y pusieron los datos a disposición de los investigadores de todo el mundo. Los datos de la secuencia genómica han demostrado que las autoridades chinas detectaron rápidamente la epidemia y que el número de casos de Covid-19 ha ido en aumento debido a la transmisión de persona a persona tras una sola introducción en la población humana.
Sin embargo, pese a los hallazgos, son numerosas las teorías conspirativas las que se han manejado sobre el origen del nuevo coronavirus: desde la patente de Bill Gates, hasta el uso del virus como un arma biológica o la introducción del virus en China por control remoto, con origen en los Estados Unidos. También se ha hablado de que China lo produjo y por eso ahora tiene la vacuna, o que los datos que están aportando las instituciones gubernamentales de todos los países afectados no son exactos. La rumorología no cesa.
El coronavirus, un virus diseñado como arma biológica
En España, hay quien piensa que el SARS-CoV-2 es un arma biológica, como ya ocurrió con la epidemia del zika. Numerosas personas señalan a que el origen del virus está en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan, WHDC.
Según esta teoría, el objetivo sería reducir la población de ancianos en los países de todo el mundo o equilibrar el porcentaje entre hombres y mujeres. Una tercera línea apunta a una propagación accidental del virus. Es decir, que el virus hubiera escapado por error durante una investigación científica en China.
Luis Enjuanes, científico español del CSIC, salió a desmentir públicamente esta información a través de un comunicado publicado en la revista The Lancet, donde destacó la labor de todos los profesionales sanitarios.
Bill Gates, dueño de la patente del coronavirus
El instituto británico Pirbright también quedó señalado en otra teoría. Numerosas cadenas de Whatsapp sitúan a Bill Gates como el creador de esta enfermedad (Covid-19). Se ha especulado que el magnate informático podría ser el propietario de la patente del virus. En 2015 el Instituto Pirbright registró una patente que procedía de la gripe aviar, un coronavirus que afecta a las aves de corral.
Sin embargo, la institución corrigió esta información justificando que solo trabajan con animales y no con humanos. Esta teoría se muestra más inviable en relación al transcurso del tiempo: la OMS aclaró que la cepa del actual brote fue descubierta a finales de 2019. Por lo tanto, la patente de Gates no sería la misma que la del Covid-19.
El virus, introducido mediante tecnología 5G: los planes de Trump
Otra de las teorías apunta directamente a Donald Trump. Según varias informaciones, el presidente de los Estados Unidos habría diseñado un plan para dañar las infraestructuras de China como potencia mundial.
Esta teoría señala que el virus pudo haberse introducido en China a través de la tecnología 5G. Los aviones (chemtrails) habrían esparcido ‘polvo inteligente’ que habría servido para controlar remotamente el desarrollo del virus. Todo esto después de que fuese implantado en la población una vacuna obligatoria. Tras el contagio por control remoto en China, el virus se habría expandido por todo el mundo.
Los científicos defienden que no fue creado en un laboratorio
Los científicos del Scripps Research Institute descubrieron que la porción de RBD de las proteínas de espiga del SARS-CoV-2 había evolucionado para atacar eficazmente una característica molecular en el exterior de las células llamada ACE2, un receptor implicado en la regulación de la presión sanguínea. La proteína de la espiga del SARS-CoV-2 era tan eficaz para unir las células humanas que los científicos concluyeron que era el resultado de la selección natural y no el producto de la ingeniería genética.
Esta evidencia de que ha surgido de la evolución natural fue respaldada por los datos de la columna vertebral del SARS-CoV-2: su estructura molecular general. Los investigadores explican que si alguien buscara diseñar un nuevo coronavirus como patógeno, lo habría construido a partir de la espina dorsal de un virus conocido por causar enfermedades.