Para comenzar este tema con propiedad, debemos aclarar un punto: la frase "vas a pillar un catarro como cojas frío" no es del todo cierta. El frío en sí no tiene nada que ver, es el cambio brusco de temperaturas el que baja nuestras defensas y nos hace más susceptibles al contagio. Pero este no es el único factor que aumenta la epidemia: la disminución de las horas de luz, pasar más tiempo en lugares cerrados o tener a los niños más tiempo en casa son algunos de los hábitos que empezamos a afrontar a las puertas del otoño que nos dejan desprotegidos frente al resfriado.
Tener tu alrededor limpio de mocos y saliva contaminada es la mejor manera de no contraer un catarro: "Tenemos que procurar no llevaros las manos a la nariz y a la boca sin habérnoslas lavado antes. A saber lo que hemos tocado con ellas", explica Biriukov. Te suena, ¿verdad? Es uno de los 'must' de este año por la pandemia del coronavirus, así que motivo doble para ser cuidadosos. Es útil usar pañuelos desechables para poder tirarlos una vez usados. Además, se aconseja no utilizar el mismo pañuelo más de una vez.
Hay opiniones muy dispares sobre los beneficios de la vitamina C: "Algunos médicos creen que no ayuda en nada", dice Biriukov. No obstante, nuestro experto lo recomienda: "Yo sí aconsejo el zumo de naranja. La vitamina C en fruta y verdura es una fuente saludable".
Ya sea en zumo, en sopas, en infusiones o simplemente agua, la hidratación es fundamental para la excreción de la mucosidad: "Despeja la nariz y alivia el dolor de garganta. Es mejor tomar líquidos templados o calientes porque mantienen la temperatura corporal y desinfectan más", asegura Biriukov. Eso sí, nada de alcohol. Aunque parece que nos hace entrar en calor, la realidad es que debilita nuestro sistema inmune y nos deshidrata.
El fresco nocturno que empieza a imponerse nos obliga a permanecer en lugares cerrados y estos se convierten en un nido de virus: el número de personas por metro cuadrado aumenta de manera exponencial y el aire que fluye no se renueva. Aunque esto no debería ser así este año dado que podemos contagiarnos de COVID-19, cabe recordar que también para evitar el temido resfriado es recomendable mantenernos alejados de los focos de contagio. Si no puedes esquivar la aglomeración, "lo único que te asegura al 100% no contagiarte del virus es una mascarilla", dice Biriukov.
"Ponerse más ropa no sirve de nada. Acabas sudando y eso no es bueno para el resfriado", advierte Yura Biriukov. La mejor manera de evitar el catarro es mantener una temperatura corporal normal. Ni salir a la calle sin abrigo, ni estar con bufanda en un sitio cerrado. Los cambios bruscos de frío a calor y viceversa son los causantes de nuestra bajada de defensas y debemos evitarlos. Un detalle muy a tener en cuenta sobre todo en un par de meses cuando el frío se vaya acentuando.
Se han realizado estudios que demuestran que practicar de manera diaria ejercicio físico unos 20 minutos reduce en un 40% la posibilidad de contraer un resfriado. Aunque no se puede asegurar su eficacia, sí es cierto que "los deportistas se recuperan antes de los resfriados que el resto de las personas", explica Biriukov.
Los niños son más susceptibles de infectarse por los virus. Si ya de por sí es contagioso permanecer en espacios concurridos… ¡Imagínate entrar en una clase con niños de tres años! El pediatra Yura Biriukov aconseja a los padres de las criaturas:
·No abrigar a los niños en exceso y mantener sus pies secos: "Si sientes frío, abriga a tu hijo; si tienes calor, no le llenes de capas".
·Darles una dieta equilibrada que mantenga a sus hijo con defensas suficientes para combatir el virus.
·Lavar los juguetes a menudo: "La mayoría están hechos de plástico y retienen los gérmenes de las manos".