Si hay una palabra que define a nuestra sociedad de hoy día es estrés. Nos levantamos con la hora pegada, recogemos la casa, dejamos a los niños en el colegio o instituto, reuniones, mails infinitos y todo regado con un constante sonido de móvil. Todo es frenético. La productividad es lo que mejor se paga y eso está empezando a pasar factura entre la población. La salud mental está más encima de la mesa que nunca y, aunque sí que existe una mayor concienciación que la de tiempo atrás, en la generación de los uppers sigue sin ser una prioridad en muchos casos. En los últimos años, hay algunos padecimientos que se han vuelto más comunes, entre ellos de lo que te vamos a hablar hoy. El síndrome del pensamiento acelerado.

Se trata de un tipo de ansiedad que se produce por el exceso de información, de actividad, de preocupaciones y presiones sociales. Esto hace que nuestra memoria abra numerosas ventanas o archivos de recuerdos sin poner el foco en ninguno de ellos, lo que genera que perdamos foco y concentración.

Pilar Cortés, terapeuta de psicólogos Málaga, asegura que "el aceleramiento intenso de la construcción de pensamientos predispone a trastornos emocionales y baja la tolerancia al estrés". La base de este síndrome es el exceso de estímulos, tanto visuales como auditivos, también de información, de datos, sumado a la paranoia del consumismo y de la estética. A diferencia de otros síndromes que surgen de conflictos, de pérdidas, de crisis o frustraciones, este procede el actual y estresante estilo de vida.

Seguro que la mayoría de ellos te suenan. La falta de sueño, la dificultad para quedarse dormido y el hecho de despertarse cansado son las tres primeras señales de alerta. Tener nudos en la garganta, sufrir trastornos intestinales e incluso el aumento de la presión arterial se da en los casos más agudos. También suele asociarse a dolores de cabeza y musculares.

Si hablamos de la parte psíquica, los expertos de Psicólogos Málaga nos hablan de "irritabilidad, mostrar dificultad para manejar la frustración y dificultad para vivir con personas más lentas. También falta de concentración, otro síntoma muy característico es el déficit de memoria. Aunque algunos de estos síntomas son comunes con otros tipos de ansiedad, lo que hace singular al Síndrome del pensamiento acelerado es que en su caso no hay traumas previos".