La farmacéutica AstraZeneca, que desarrolla la vacuna contra el coronavirus en colaboración con la Universidad de Oxford, ha informado de que un segundo voluntario mostró "síntomas neurológicos sin explicación" durante la tercera fase de los ensayos clínicos, según recoge The New York Times.
Esta segunda reacción inesperada habría tenido lugar antes de que se paralizaran los ensayos, cuando se informó de la enfermedad -posiblemente derivada de la vacuna- de un primer voluntario. La semana pasada la farmacéutica anunció la suspensión de la tercera fase de los ensayos debido a que un paciente sufrió una reacción sospechosa, mielitis transversa.
No obstante, la empresa, con sede en Cambridge, ha señalado que "una revisión independiente" ha determinado que en ambos casos "se ha considerado poco probable que estas enfermedades estén asociadas a la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna".
El profesor de la Universidad de Pensilvania y miembro del comité asesor de vacunas de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU, Paul Offit, considera que no está claro cómo AstraZeneca, o el Gobierno británico, ha determinado que el segundo caso no tenga relación con la vacuna.
Los estudios se reanudaron en Gran Bretaña, Brasil, India y Sudáfrica, pero todavía están en pausa en Estados Unidos. Hasta ahora, unas 18.000 personas en todo el mundo han recibido la vacuna de AstraZeneca. A los expertos les preocupa que la compañía no haya sido más comunicativa sobre dos participantes que se enfermaron gravemente después de recibir su vacuna experimental.
AstraZeneca reveló los detalles de sus grandes ensayos este sábado, según informa el medio neoyorquino. La compañía quiere aumentar la transparencia sobre cómo están probando productos que suponen la mayor esperanza del mundo para poner fin a la pandemia.