Beber muchos líquidos no te curará antes
No hay estudios científicos que avalen que la ingesta de líquidos te ayudará a recuperarte antes del catarro. En lo que sí ayuda es en diluir los mocos. Estemos o no enfermos, debemos tomar un litro y medio de agua al día, para que nuestro organismo funcione a pleno rendimiento, una advertencia que hay que recordar especialmente en el caso de las personas mayores, que son tendentes a consumir pocos líquidos. Si mantenemos un adecuado nivel de hidratación, ayudaremos a nuestro organismo a diluir la incómoda mucosidad que acompaña a estas dolencias.
La vitamina C ni sana ni previene
Pese a que fue un Premio Nobel de Química, Linus Pauling, el que acuñó esta leyenda, estudios posteriores han echado por tierra que consumir vitamina C nos inmunice y nos cure los enfriamientos. Los médicos mantienen que una mayor ingesta de dicha vitamina no fortalece nuestro sistema inmunitario, es decir, no reduce el riesgo de contagio, como tampoco el que nos atiborremos de equinácea. Eso sí, una alimentación completa, que reúna vitaminas y minerales suficientes, hará que afrontemos el constipado con mayor vitalidad y hasta que nos recuperemos antes. No hay que consumir complementos vitamínicos, una dieta variada como la mediterránea será suficiente.
El pelo mojado no causa constipados, pero cuidado
El causante del catarro es un virus y no el frío, no hay estudios que avalen que salir a la calle con tu cabellera sin secar te vaya a provocar un catarro. Otra cosa es que te pasmes de frío cuando el mercurio es gélido. ¡Alerta! Exponerte al frío no te constipa, pero varios estudios avalan que puede producir neumonía, una inflamación de los pulmones bastante más grave que no es cuestión baladí. Ten especial cuidado con los cambios bruscos de temperatura, es conveniente llevar la vestimenta adecuada, cubrirse por capas , siempre en función de las previsiones meteorológicas.
Sudar el catarro no te aliviará
Pese a que la sudoración ayudará al organismo a combatir el aumento de temperatura de los enfriamientos, no es conveniente taparse en exceso, es más, los médicos desaconsejan este remedio casero. El sudor se enfría y puede provocarnos un efecto rebote para paliar esa bajada de temperatura en la epidermis. Por ese motivo, los profesionales de la medicina nos sugieren cubrirnos con poca ropa y tomar una ducha con agua tibia para regular la temperatura corporal.
Nada de ventanas cerradas a cal y canto
Como ya te recordamos en ¿Cómo ventilar la casa sin que se te congele?, es necesario (y obligatorio) abrir las ventanas a primera hora de la mañana solo unos minutos para renovar el aire de las estancias de tu casa. Es fundamental ventilar los espacios cerrados, sobre todo los más cálidos porque es donde virus y bacterias proliferan.
Tomar antibióticos porque sí, craso error
En caso de constipado o gripe, los medicamentos, sobre todo los antibióticos, son innecesarios. Los virus son inmunes a estos últimos y también a las vacunas, por ese motivo tu médico de cabecera te recomendará tomar paracetamol, que no acelera la curación, pero alivia las molestias y el malestar. El ibuprofeno es bastante desaconsejable por sus efectos secundarios y la aspirina de toda la vida no debe suministrarse ni en niños ni en adolescentes.
El alcohol, mito extendido y contraproducente
El alcohol calienta tu organismo, pero en realidad es una sensación transitoria y contraproducente. Un mito muy extendido porque en realidad su efecto vasodilatador se contrarresta con el frío y provoca una pérdida rápida del calor que necesita nuestro cuerpo para mantener la temperatura idónea en los órganos vitales. Si permanecemos expuestos a una climatología adversa se atrofian algunos de nuestros reflejos naturales y acelera la hipotermia.
Nada como un buen caldito de pollo
Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Nebraska (EE UU) demostraron que el caldo de pollo complica el movimiento de los neutrófilos, células del sistema inmune que atacan los ganglios y las membranas mucosas, provocando una inflamación de los tejidos. Una sopita aporta una acción antiinflamatoria que combate el malestar de los resfriados y de las gripes, sobre todo los síntomas más molestos, como la mucosidad y los dolores de garganta. Nos proporcionan hierro y zinc, ideales para fortalecer en sistema inmunológico, reduce la presión arterial, nos proporciona líquidos, una fácil digestión y nos ayuda a conciliar el sueño. Por eso se le conoce popularmente como la penicilina de la abuela.