En los pueblos de la punta norte de la Comunidad de Madrid, en contraste con la capital, aún no conocen ni un solo caso de coronavirus Pero no bajan la guardia y siguen protegiéndose. Aunque el virus no ha llegado a sus pueblos sí a sus familias.
Son tan pocos que creen que el virus ni se molesta en venir. Pero también han trabajado para mantenerse libre de infección. El regidor de Robledillo de la Jara ha ejercido de alcalde rastreador llamando uno a uno de sus vecinos para detectar cualquier caso u ofrecer ayuda. Atraídos por la seguridad, muchos ya han abandonado Madrid para instalarse aquí o hacen obras para hacerlo más adelante y escapar del virus.
La pandemia del coronavirus unida a la precariedad laboral y los altos precios de la vivienda ha llevado a muchos jóvenes a tomar la decisión de abandonar Madrid para volver a sus lugares de origen, como Lucas, un canario de 29 años que aspira a "trabajar de lo que sea" convencido de que sus condiciones de vida mejorarán.
Lucas, que estudió Comunicación Audiovisual, cuenta que ha vivido durante ocho años "en el Metro; de una línea a otra, para llegar a la universidad, comer dentro del propio transporte público para llegar a tiempo a las prácticas y después volver a casa".
"Desde que acabé la universidad he ido solapando prácticas con precarios empleos temporales y, de nuevo, con prácticas", se lamenta el joven, a la vez que se avergüenza al reconocer que ha llegado a tener que pedir ayuda a sus padres para poder llegar a fin de mes.
Ante la segunda ola de la pandemia, cree que lo mejor que puede hacer es volver a su tierra y "trabajar de lo que sea" porque, seguramente, sus condiciones de vida mejorarán en comparación a Madrid.
El 'Análisis de las consecuencias socioeconómicas de la COVID-19 sobre la población joven en España', realizado por el Instituto de la Juventud (INJUVE), recoge que tras los meses de confinamiento, sólo están ocupadas el 33,5% de las personas de 16 a 29 años, y muchas de ellas abandonan la búsqueda activa de empleo.
La presidenta del INJUVE, María Teresa Pérez, ha señalado a Efe que la pandemia ha agravado las "nefastas" condiciones de la juventud, ya que en Madrid se ha forjado un "sálvese quien pueda" con el que muchos "deciden volver a casa de sus padres".
"Es la segunda crisis, en poco más de una década, a la que se enfrenta la juventud. No está experimentando una nueva normalidad sino una vieja agravada por la incertidumbre y la inestabilidad que se está cronificando en este sector de la población", ha apuntado.