La declaración de Great Barrington, el nombre de la ciudad de Massachusetts (EEUU) donde ha sido firmada, ha provocado un terremoto entre los expertos en relación a la forma de combatir un virus que está disparándose sin freno. Los expertos en Italia ya advierten de restricciones severas en Navidad, los bares y restaurantes están en el foco de todas las medidas. Pero ¿es el confinamiento una solución? ¿Qué pasará tras otra desescalada? El virus sigue ahí. Y la forma de combatirlo no es un unánime. En este contexto aparece la idea de la protección enfocada. El debate está en la calle y más en Gran Bretaña, donde Boris Johnson manejó esa idea para combatir sus efectos hasta que los sufrió en sus carnes y los enfermos colapsaron UCI. Expertos consideran que podría provocar solo en España, 400.000 muertos.
Los firmantes de la declaración se encuentran encabezados por el doctor Martin Kulldorff, profesor de Medicina en la Universidad de Harvard, especialista en Bioestadística y epidemiólogo experto en la monitorización de enfermedades infecciosas y evaluaciones de seguridad de vacuna; la doctora Sunetra Gupta, profesora de la Universidad de Oxford, epidemióloga experta en inmunología, desarrollo de vacunas y modelación matemática de enfermedades infecciosas; y el doctor Jay Bhattacharya, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, médico, epidemiólogo, economista de la salud y experto en políticas de salud pública, enfocado en enfermedades infecciosas y poblaciones vulnerables están a la cabeza de una declaración polémica.
¿Y qué es la protección enfocada? La idea de los expertos sería proteger selectivamente a las personas más frágiles y con mayores posibilidades de enfermar de covid, personas mayores y enfermos crónicos con diversas patologías. Para hacerlo, los individuos más jóvenes, incluyendo a los niños, con menos probabilidades de morir por esta enfermedad, podrían continuar realizando una actividad normal, hasta alcanzar la inmunidad de rebaño. Las universidades, los colegios e institutos, así como todos los establecimientos de hostelería volverían a abrir sus puertas con absoluta normalidad. Justo lo contrario de lo que estamos haciendo, sirva como ejemplo Madrid y Barcelona.
Estos expertos ponen encima de la mesa las caídas en las tasas de vacunación, el empeoramiento de las enfermedades cardiovasculares, deterioro de la salud mental y una menor reducción de los nuevos casos de cáncer como los efectos colaterales de unos confinamientos que a su juicio no están dando resultados. No solo eso, consideran que "morir por covid es más de mil veces mayor en los ancianos y débiles que en los jóvenes". En cuanto a los niños consideran que la gripe es más perjudicial para ellos que el coronavirus -la baja infección en las escuelas es uno de los pocos rayos de luz de la pandemia-.
Lo que destacan estos expertos es que la forma más viable de lograr esta inmunidad es permitirle a aquellos que están bajo un mínimo riesgo de muerte, vivir sus vidas con normalidad para alcanzar la inmunidad al virus a través de la infección natural, mientras se protege mejor a aquellos que se encuentran en mayor riesgo. Eso es la Protección Enfocada. "Adoptar las medidas para proteger a los vulnerables debería ser el objetivo central de las acciones de salud pública dirigidas contra la Covid-19", aseguran. Para los firmantes de esta idea lo que sí hay que proteger son las residencias de ancianos para loq que recomiendan que los trabajadores de las residencias deberían ser profesionales con inmunidad adquirida a los que deben realizarse, al igual que a los visitantes, PCR con frecuencia o limitar la rotación del personal así como crear una burbuja para los residentes.
"Aquellos que no son vulnerables, deberían reanudar inmediatamente su vida con normalidad. Medidas sencillas de higiene, como lavarse las manos y quedarse en casa cuando se esté enfermo, deberían ponerse en práctica por todos para reducir el umbral de inmunidad de rebaño. Las escuelas y universidades deberían abrir para una enseñanza presencial. Las actividades extracurriculares, como los deportes, deberían reanudarse. Los adultos jóvenes de bajo riesgo deberían trabajar con normalidad, en lugar de hacerlo desde casa. Los restaurantes y otros negocios deberían abrir. Las artes, la música, los deportes y otras actividades culturales deberían reanudarse. La gente que se encuentra en mayor riesgo podría participar, si así lo desea, mientras la sociedad en conjunto disfruta de la protección otorgada a los vulnerables por aquellos que han desarrollado inmunidad de rebaño", defienden.
Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph), que calcula dos años, como mínimo, para alcanzar la inmunidad de grupo en España según una entrevista publicada en Redacción Médica en la que considera que con los datos de contagios actuales no es posible lograr antes la inmunidad de rebaño. Eso sin saber aún lo que dura la inmunidad. El especialista en Medicina Preventiva señala en dicha entrevista que las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad tenían que haber reforzado los servicios de salud pública, la Atención Primaria y haber contratado a más rastreadores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha salido al paso para destacar que la inmunidad de rebaño significa permitir infecciones, sufrimiento y muertes innecesarias y no es una opción. "La inmunidad colectiva se logra protegiendo a las personas del virus, no exponiéndolas al mismo”, ha recalcado su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus. "Nunca en la historia de la salud pública se ha utilizado la inmunidad colectiva como estrategia para responder a un brote, y mucho menos a una pandemia. Es científica y éticamente cuestionable". Esta drástica decisión se produjo después de las declaraciones de David Nabarro, profesor del Instituto de Innovación en Salud Global del Imperial College de Londres y, desde febrero, asesor especial del secretario general de la OMS sobre la pandemia. Nabarro, que habla en nombre de la OMS en una entrevista de la revista The Spectator , sostuvo que los encierros solo están justificados en un país “para ganar tiempo, para reorganizar, reagrupar y reequilibrar sus recursos” y proteger a sus trabajadores de la salud. Subrayaba que los confinamientos generales han colapsado la industria del turismo y anunciaba que los niveles de pobreza y desnutrición infantil se duplicarán en un año, al entender que los bloqueos perjudican fundamentalmente a los pobres. Como alternativa, Nabarro apostaba por actuar rápidamente ante los brotes a través de confinamientos locales mediante restricciones de movimiento localizadas y específicas, implementadas conjuntamente por actores locales y autoridades nacionales.