El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha comparecido desde Moncloa para presentar el informe con las recomendaciones sanitarias para elaborar una estrategia de transición. No obstante, ha insistido, la vuelta a la normalidad no será tal y “como la conocíamos hace un año” antes de la pandemia de coronavirus.
“Vamos dando pasos en la evolución de la epidemia. Vamos pasando fases. Hoy es el último día de la última extensión del periodo de alarma. A partir de mañana se inicia un nuevo periodo en el que el objetivo ya no es conseguir a esa cima de la curva y doblegarla posteriormente porque ya sabemos que eso lo estamos consiguiendo y estamos muy avanzados. Ahora consiste en consolidarlo y en pensar cómo de forma segura y con criterios lógicos ir pasando a una fase de apertura de la restricción de la libertad y movilidad para garantizar que la epidemia se puede controlar”, ha dicho al inicio de su intervención.
Recordando que ”los datos muestran una tendencia descendente evidente” ya que detalla “hay 1729 nuevos casos. Hemos bajado del 1% de incremento diario. Estamos en el 0,8, unos números que no veíamos de hace muchas semanas. Hoy tenemos 288 fallecidos”, insiste en que “tenemos que seguir con cuidado. No podemos dar un paso atrás”.
Tras ello, ha adelantado unas “reflexiones que tenemos que hacer desde ya y a unos aspectos a los que tenemos que prepararnos desde ya: las fases de transición nos tienen que llevar a la normalidad dentro del marco del coronavirus. No será una normalidad como la conocíamos hace un año. Tendrá que ser un poco diferente. Una nueva normalidad en la que garanticemos que, si no podemos controlar los nuevos brotes epidémicos, sí podamos reducirla de forma suficiente para que no nos afecte como nos ha afectado hasta ahora”.
En este sentido, “hemos facilitado al presidente un documento en el que hacemos una propuesta de recomendaciones genéricas para desde el punto sanitario iniciar ese proceso de transición. En él recogemos la opinión de muchísimos expertos consultados. Hoy hemos preparado este pequeño informe para que empiecen a plantearse las condiciones necesarias para poder iniciar esa fase de transición”.
Sobre ello, ha detallado: “hablamos de 4 capacidades que tenemos que reforzar: garantizar que nuestro sistema asistencial es capaz de responder si hay un nuevo brote; garantizar que tenemos los mecanismos adecuados para monitorizar toda la fase que viene por delante, y que va a requerir indicadores diferentes para valorar si estamos progresando adecuadamente. Ya no nos va a interesar tanto el número de casos como analizar todos los sospechosos para poder detectar cualquier inicio de brote de forma muy precoz, aislar los casos y poner en cuarentena los casos estrechos; la tercera capacidad que tenemos que garantizar es que somos capaces, precisamente, de hacer ese diagnóstico. Tenemos que dotar al sistema en todos los niveles de una capacidad de diagnóstico adecuada. Requiere dotar al sistema de Atención Primaria en prácticamente todas las comunidades de una capacidad de diagnóstico por pruebas que detecten el virus, porque nos interesan los casos que pudieran ser infecciosos. Nos interesa en estos casos detectar el virus más que las defensas; además, tenemos que garantizar mantener la tensión. Son todas las medidas de protección colectiva que hacemos entre todos: la distancia social, la higiene y prevención…”.
“Si todos los servicios sanitarios son capaces de demostrar que tienen estas capacidades están en una situación de partida para empezar la transición hacia otras fases y hacia esa nueva normalidad”, agrega sobre un proceso que “se tendrá que guiar claramente por indicadores epidemiológicos, de salud pública… siempre en caso de que se puedan dar situaciones que no van como esperamos”.
“Tenemos que trabajar, además, en esos indicadores que nos interesan en las siguientes fases; los que trataremos de ofrecer, además de dar o no el número de casos detectados, si los hay, que esperemos que pronto tengamos un número realmente bajo de lo mismo”, añade.
“Luego además tenemos que tener esa capacidad de diagnóstico precoz y permitir relajar las medidas de aislamiento para aquellos que sean negativos y no tengan que mantenerlas. Y luego tenemos que seguir manteniendo una tensión muy importante con las medidas colectivas. El Gobierno debe hacer un esfuerzo importante por garantizar las campañas de concienciación social que permitan asegurar que todos esos comportamientos que hemos ido desarrollando se mantengan el tiempo suficiente para prevenir los riesgos”, ha detallado.
En respuestas a la prensa, también se ha referido a los test: “El problema de los test es otra cuestión: la realización de aquellos test que requieren una muestra y un laboratorio detrás obviamente no se pueden realizar a través de las farmacias. Sí que los test rápidos se podrían realizar. Pero la interpretación de los test no es fácil. Por ahora no planteamos esta situación. No son resultados o pruebas que ahora mismo se pueda hacer de forma indiscriminada, entre otras cosas porque la interpretación es muy complicada. Un resultado positivo se debe valorar con mucho cuidado. En muchas situaciones va a requerir pruebas de laboratorio que se tienen que hacer en el servicio sanitario. No se pueden establecer pruebas que te van a dar un resultado que necesitan un seguimiento posterior si no está establecido un protocolo que garantice ese seguimiento. Se tiene que hacer desde los servicios asistenciales y de salud pública. No quiere decir que no se puedan llegar a establecer esos mecanismos de coordinación. Mientras tanto hay que garantizar la correcta interpretación de esos test”.
“Yo creo que no hay que confundir un estudio de seroprevalencia con test voluntarios. Los estudios de seroprevalencia se basan en muestras representativas de la población. Estas tienen que cumplir condiciones técnicas que garantizan que la población en que se hace el estudio representa a la población que nos interesa valorar. No puede ser el que va a la farmacia porque siente la necesidad de ir o porque siente que ha podido o no estar infectado. La metodología es muy importante. No podemos confundir lo que pueden aportar los test de seroprevalencia con lo que aporta un estudio de seroprevalencia. Está en marcha y nos puede dar resultados en breve. Nos dará información de calidad”, ha clarificado.
Y, explica: “La realización de pruebas en personas asintomáticas hay que valorarla con mucho cuidado. La interpretación, con las pruebas que tenemos ahora, no se puede hacer de cualquier manera. Cualquier personas que de positiva requeriría otro proceso de análisis que no se puede hacer en cualquier lugar. Incluso algunos negativos que pueden ser falsos negativos”.
En este sentido, advierte de que "sí que es cierto que hay mucha parte de la población que quiere saber si ha pasado o no la enfermedad. Entiendo esta inquietud. Pero las pruebas si no se controlan van a generar incluso más dudas de las que tienen. Cuando haya test que pueda tener sentido que se haga de forma voluntaria desde cualquier lugar, en este sentido se podrán plantear estas opciones si es que tiene sentido plantearlas. En este momento no estamos en ese punto, y yo creo personalmente que habría que tener cuidado”.
En el caso de las residencias de ancianos, ha explicado, “se están valorando pruebas serológicas y PCR. Pueden ser para saber qué residente está infectado o saber si en esa residencia hay virus. Hay metodologías diferentes y formas diferentes de aplicarlas. Esos colectivos se tienen que identificar bien, y sobre todo se tiene que saber bien que respuesta se tiene que dar en caso de que hayan positivos”.
Además, en rueda de prensa, se ha querido referir tanto a los profesionales sanitarios como a los sistemas sociosanitarios.
“Tenemos que tener claro que los profesionales sanitarios llevan un periodo de estrés, de presión tanto física como psicológica muy importante. Tenemos que garantizar que se les da el apoyo suficiente para que puedan seguir desarrollando la actividad con un alto nivel de exigencia que ya se le está dando pero tenemos que reforzarla. Además tenemos que reforzar la capacidad de detección de personal sanitario que puedan ser un riesgo de contagio para el paciente, para poder separarlos del servicio y evitar contagio intrahospitalario. Esto requerirá a algunos colectivos concretos la posibilidad de hacer también cribados para valorar a quién se tiene que sacar rápidamente de los servicios asistenciales”, ha dicho.
“Tenemos que colaborar mucho con los sistemas sociosanitarios. Debemos identificar los centros donde puede haber casos de infección. Estos centros se tienen que tratar; no solo a los individuos sino también al centro como tal. Tenemos que conseguir centros que una vez tratados los pacientes dejen de ser un riesgo para otros pacientes. Además tenemos que detectar los que no han estado expuestos al virus y protegerlos. Hay metodologías que permiten hacer pruebas que incluso no requieren un gran análisis de laboratorio que nos permiten identificar tanto los centros positivos como los negativos que hay que proteger”, añade.
Sobre las farmacias, considera que "ya son y han sido un aliado muy importante en el proceso de control de los riesgos asociados al coronavirus. Me consta que se ha hecho un enorme trabajo relacionados con las trabajas para garantizar por ejemplo la disponibilidad de mascarillas, para garantizar un control de precios de medicamentos o garantizar la disponibilidad de algunos de ellos que han estado en riesgo de estar fuera de stock”.
También se ha referido a los niños, que desde hoy pueden salir a la calle y al sistema de transmisión en el ámbito domiciliario: “Estamos casi seguros de que la transmisión en el ámbito domiciliario, si se ha producido, ya se ha controlado, pero no tenemos certeza. La relación en grupos vulnerables se debe seguir controlando. El problema de transmisión entre niños y mayores está en que entre los niños se transmite mucho aunque no les afecte mucho. Una vez que llevamos 6 semanas en las que tampoco ha habido contacto entre niños, la relación niño-mayor o adulto-mayor, ahora mismo no tiene grandes diferencias. Volverá a tenerla cuando, de nuevo, en el momento que sea, se reinicien las clases y por tanto la relación intensa entre esos niños. Ahora mismo, la relación niño-mayor, adulto-mayor, no difiere de forma fundamental”.
No obstante, garantiza que habrá “muchas medidas de alivio que se podrán aplicar a todo el territorio”. “El presidente ya anunció algunas que se van a aplicar en los próximos días a nivel individual o de convivientes. Pero habrá que definir las zonas geográficas tanto por capacidades como por opción de controlar los riesgos en caso de extensión de que pase a otros territorios. Una vez podamos identificar esas zonas podemos aplicar medidas específicas para cada una de ellas”, ha dicho.
Por ello, “hay que trabajar para que haya una integración muy importante con todas las comunidades autónomas. Nos coordinamos con todos los niveles técnicos para desarrollar esas capacidades que nos van a facilitar pasar a las nuevas fases. Los presidentes de la CCAA tienen que estar muy implicados en la fase de transición”.
Por último, se ha mostrado convencido de “que durante todo este proceso no solo los aspectos sanitarios son importantes sino que hay muchos otros sectores afectados. Aunque el proceso esté guiado por Sanidad tienen que participar muchísimos otros actores dentro de las CCAA y a nivel del Estado”.