El Congreso de los Diputados ha vivido una escena inaudita durante la comisión de investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación. Uno de sus ponentes, Joan-Ramon Laporte Roselló, profesor honorario de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), ha negado que las vacunas salven vidas y ha cuestionado la eficacia de dicho proceso en menores.
Durante su intervención, el profesor, invitado por el Gobierno de coalición formado por PSOE y Unidas Podemos, a propuesta de la formación morada, ha asegurado no ser "antivacunas", pero lo cierto es que ha exhibido su rechazo con la campaña de vacunación masiva contra el coronavirus. "Los ensayos clínicos no muestran que las vacunas reduzcan la mortalidad. Estamos ante un experimento que atañe potencialmente a la totalidad de la ciudadanía", ha resaltado.
Desde Podemos han argumentado que este invitado está a favor de las vacunas, pero que defiende que la fármaco-vigilancia debe ser extrema. Del mismo modo, desde el PSOE han incidido en que el invitado ha negado ser antivacunas durante su comparecencia.
Los socialistas han señalado que, por su condición de catedrático de Farmacología, simplemente pide mayor rigor en las agencias y mayor transparencia de datos. En cualquier caso, también han confesado que desconocían el tipo de discurso que ofrecería el invitado durante su polémica intervención.
El objetivo de la comisión llevaba a cabo en la Cámara Baja es examinar los problemas y las dificultades que se hayan producido hasta la fecha en el proceso de vacunación, entre otros aspectos.
Numerosos médicos, como el intensivista pediátrico Alberto García-Salido, del Hospital Niño Jesús de Madrid, han reprochado a Laporte Roselló que "los ensayos clínicos sirven para demostrar la seguridad y eficacia en un contexto de investigación" y que estas vacunas "han demostrado que son estupendas evitando la hospitalización y la muerte en el mundo real".
El profesor también ha manifestado que las vacunas basadas en ARN mensajero "no son vacunas, son fármacos" puesto que no se ajustan a la definición que recoge la Real Academia de la Lengua (RAE) de vacuna. Un argumento que también ha sido descalificado por falta de seriedad.