La anécdota del homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus y a los trabajadores que estuvieron en primera línea durante lo peor de la pandemia, la ha puesto la princesa de Asturias. O más bien, su padre, el rey. Leonor le ha tenido que recordar a Felipe VI que debía ponerse la mascarilla.
El rey ha leído el tercero y último de los discurso de la ceremonia por los muertos de la pandemia. Al terminar ha vuelto a su sitio, junto a la reina Letizia y sus hijas. En ese momento, la princesa de Asturias le ha recordado a su padre que debía colocarse de nuevo la mascarilla.
Doña Leonor, heredera de la corona en momentos complicados para la familia real, ha adquirido protagonismo en el homenaje de Estado, una ceremonia civil con 400 invitados, en la plaza de la armería del Palacio Real. Ella junto al monarca, y no la reina Letizia que ha permanecido sentada junto a la infanta Sofía, ha sido la encargada de participar en la ofrenda floral.
Alrededor de 400 personas han acudido al homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus, que ha tenido lugar en el Patio de la Armería del Palacio Real de Madrid. Un acto breve en el que han intervenido tres personas: el hermano de una de las víctimas, la supervisora de urgencias de un hospital catalán y el rey Felipe VI, encargado de clausurar el acto.
"No hay mejor homenaje a los que nos dejaron que velar por nuestra salud y garantizar la dignidad de nuestras profesiones", ha dicho la supervisora del Servicio de Urgencias del Hospital del Vall d'Hebron, en Barcelona. "Quiero agradecer de corazón los aplausos que nos dedicaba la ciudadanía y pedir, también de corazón, que no se olviden de aquello respetando, ahora, las recomendaciones sanitarias. Y quiero pedir también a los poderes públicos que defiendan la sanidad de todos y recuerden que no hay mejor homenaje a los que nos dejaron que velar por nuestra salud y garantizar la dignidad de nuestras profesiones", ha explicado Aroa López tras confesar que a lo largo de su carrera ha tenido "experiencias muy difíciles" pero que la vivida en los últimos meses "marcará para siempre" a los que estuvieron en primera línea. "Nos hemos tenido que tragar las lágrimas cuando alguien nos decía: No me dejes morir solo. Hemos vivido situaciones que dañan el alma", ha rememorado Aroa López.
Desde la explanada del Palacio Real, en el homenaje a las víctimas del coronovirus, Hernando Calleja, el hermano del fallecido José María Calleja, periodista y escritor, ha tomado la palabra para dar uno de los discursos más emotivo y recordar tanto a todos los fallecidos como a su querido hermano: "Fuimos amigos, colegas y compañeros".
"José María era un hombre humilde y honesto, pero la Covid no distinguió entre seres humanos", ha recordado sin poder evitar la emoción. El coronavirus es "una ejecutora fría, cruel y destructora. Mi dolor se parece al dolor de todos y de cada una de las víctimas, por eso sé que cuando hablo de mi hermano estoy hablando de todos ellos; de Sandra, de 28 años, de Juan María, que era editor; de Consuelo, que era editora...", declaraba el hermano de José María.
DE su boca ha salido consuelo para los familiares de las víctimas. "No fueron mis hermanos, no compartí vivencias con ellos, pero fueron mis compatriotas, compartí con ellos ilusiones y esperanzas y compartí con ellos el mismo dolor... no vamos a olvidar a cada uno de los que perdieron la vida en esta historia, recordar es un deber y construir el país que ellos habrían querido compartir. La compasión es un sentimiento que nos hace más humanos, más que la bondad y el amor. Nos hace comprender el dolor de los demás, por eso quiero pedir hoy compasión, no vamos a olvidar a ninguno de los que perdieron la vida en esta historia".
La llamada a la unidad y a mantener el recuerdo y la dignidad de las víctimas del coronavirus ha marcado el homenaje civil que el Estado ha rendido y en el que Felipe VI ha pedido actuar unidos, desde "el respeto y el entendimiento", para superar la crisis derivada de la pandemia.
La ceremonia, celebrada con sobriedad en el Patio de la Armería del Palacio Real, ha congregado a los reyes y sus hijas, al Gobierno, a los poderes del Estado, a todos los presidentes autonómicos y a los principales cargos de la UE y de la OMS.
Felipe VI ha afirmado que España ha dado "una lección de inmenso valor" y de "espíritu de superación" y ha empujado a vencer unidos las dificultades de la crisis que deja la pandemia, porque "será, sin duda, el mejor homenaje renovado" a quienes han perdido la vida. "Esa deuda moral y ese deber cívico nos obligan y comprometen a todos. Pongamos juntos, pongamos unidos toda nuestra voluntad, nuestra capacidad, todo nuestro saber, todo nuestro esfuerzo y empeño para poder mirar hacia el futuro con confianza y con esperanza. Y hagámoslo desde el respeto y el entendimiento", ha animado el monarca.
El jefe del Estado ha recalcado además "la obligación moral de reconocer, respetar y recordar siempre la dignidad de los fallecidos". Las víctimas, ha añadido don Felipe, "no están solas en su dolor", que los ciudadanos y siempre "permanecerán en su recuerdo". El homenaje no puede reparar el dolor de las familias, pero, según Felipe VI, "sí hacer justicia a su vida, a su contribución a la sociedad y a su memoria".
El Gobierno se ha felicitado de que se haya despedido a las víctimas con "honor, dignidad y unidad", ha comentado la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, al término de la ceremonia.
"Los españoles se merecían vernos juntos", ha incidido Calvo, un mensaje compartido con el líder del PP, Pablo Casado, quien ha subrayado que era "un día para estar todos unidos y mandar un mensaje de responsabilidad a toda la población". Vox no ha asistido al acto por no conocerse la cifra exacta de fallecidos, que según el Gobierno, suman 28.413 según último cómputo. Otros partidos, como ERC y la CUP, también se han ausentado.
La melodía de Barber y de Brahms ha reforzado la emotividad del acto y ha precedido la ofrenda floral ante el pebetero situado en el centro del Patio de la Armería en la que han participado las autoridades, las víctimas y los colectivos invitados.
El acto, en el que se han empleado las lenguas cooficiales, el inglés y el francés, ha concluido con la lectura del poema "Silencio", de Octavio Paz, y un minuto de silencio. La mayoría de los asistentes ha portado mascarilla negra y ha vestido prendas oscuras en señal de duelo. Antes de la ceremonia, los cargos institucionales, los dirigentes políticos y los presidentes autonómicos, entre ellos, el de la Generalitat, Quim Torra, han tenido ocasión de charlar de forma distendida entre ellos.
Han acudido los expresidentes del Gobierno José María Aznar, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, a los que el actual jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha saludado cordialmente con el codo, al igual que a Casado. La presencia institucional se ha completado con los principales representantes de la UE, entre ellos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, así como miembros de las diversas confesiones religiosas.