La nueva ola de contagios del coronavirus en España parece que no da tregua y que está lejos de relajar su incidencia. Con un dato, del pasado viernes, de 511 casos por cada 100.000 habitantes, en las pasadas dos semanas se ha registrado un total de 242.474 positivos en nuestro país. Con estas cifras, las autoridades sanitarias del estado y Comunidades Autónomas se plantean resucitar medidas restrictivas propias de meses atrás en la pandemia. En este contexto, ¿sería posible un nuevo confinamiento como el que vivimos en marzo de 2020?
La mayoría de los expertos opinan que no. Y es que, a pesar de estar en medio de una nueva ola de contagios, la situación ha cambiado sustancialmente desde aquella primavera de 2020: contamos con casi un 90% de población vacunada contra el covid19. Y eso marca una diferencia sustancial, sobre todo en los datos que dibujan la presión del sistema sanitario.
Actualmente, hay 6.667 pacientes ingresados por covid en toda España y 1.306 en UCI. En las últimas 24 horas, se han producido 839 ingresos y 743 altas . La tasa de ocupación de camas ocupadas por coronavirus se sitúa en el 5,35 por ciento y en las UCI en el 14,03 por ciento.
Pedro Gullón, epidemiólogo de la Sociedad Española de Epidemiología, se muestra contundente ante la posibilidad de aplicar un nuevo confinamiento total frente al virus: "Es prácticamente imposible que lleguemos a una situación como la de marzo de 2020 en cuanto a medidas de esa magnitud. Sobre todo, porque hemos acumulado mucho conocimiento a lo largo de las segundas, terceras y cuartas olas de infección. Vimos que cuando había incrementos de la infección, cerrando esos lugares en los que se producían los contagios, se reducía de manera significativa el crecimiento de las olas", afirma.
Además, Gullón habla de efectos negativos demasiado altos derivados de una medida como esa: "Un confinamiento total, que tiene efectos secundarios muy graves como el hecho de no dejar a la gente circular libremente, pasear por las calles, etc. no creo que sea ni siquiera planteable de nuevo. No sería positivo. Si el índice de contagios vuelve a subir de manera muy preocupante se podría plantear medidas de cierre grandes en ciudades, como el cierre de determinados comercios, el ocio, toques de queda… Pero volver a un confinamiento total como el que se dio en primavera de 2020 creo que el incremento de contagios, hospitalizaciones y muerte tendría que poder calificarse la situación de 'apocalíptica' para que volviéramos a plantear una medida así", concluye.
El doctor José Antonio Navarro Alonso, Consultor Honorario en materia de vacunas del Ministerio de Salud y miembro del Comité Editorial de la Asociación Española de Vacunología, es más cauto al respecto, pero también ve muy lejana esa posibilidad: “Es muy difícil predecir si va a llegar a ser necesario una medida como la de un confinamiento total como el que tuvimos hace más de un año, pero también es cierto que la situación no es muy buena, no vamos por buen camino y parece que la relajación de muchas medidas nos está llevando a una situación muy peligrosa. El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades de la UE ya dijo ayer que probablemente las vacunas no van a ser un arma suficiente para luchar contra esta enfermedad, sobre todo con la variante ómicron y la alta transmisibilidad. Pero, en todo caso, la vigilancia por parte de los expertos será la que nos indique las medidas más eficaces.”
Las medidas farmacológicas que ahora tenemos para luchar contra la pandemia son las que marcan la diferencia fundamental entre el escenario de contagios en el que nos encontramos y el que se produjo a principios de 2020. "Evidentemente, el panorama ha cambiado", afirma el doctor José Antonio Navarro Alonso. "No tiene nada que ver las hospitalizaciones, las estancias en UCIs, los fallecimientos… con los datos que teníamos hace un año, que no habíamos empezado a vacunar. Esto habla en favor de los beneficios de las vacunas que, de momento, evita los colapsos hospitalarios y de la atención primaria. Pero también hay que reconocer que ese porcentaje no desdeñable de personas que no han recibido la pauta completa, fundamentalmente en el segmento de 20 a 39 años, puede generar un problema”, avisa.
Para el epidemiólogo Pedro Gullón "Las vacunas son la gran diferencia. Es que ahora es muy difícil que hasta los grandes picos de transmisión lleguen a tener el mismo impacto que tenían en marzo de 2020, porque ahora inmunitariamente estamos muy avanzados. Hay muchas personas que han pasado la enfermedad, hay una altísima tasa de vacunados, por lo que estos incrementos de transmisión nos pueden dar algún susto, como está pasando ahora, pero es complicado que lleguemos a tener un impacto hospitalario como el de principios de la pandemia”.
En cuanto al aumento tan grande de los contagios que estamos sufriendo en España y en el resto de países europeos Pedro Gullón lo tiene claro: "En cierta medida, hemos fiado todo a las vacunas y la transmisión, aunque la frenamos en parte, no la frenamos del todo", afirma. "Las vacunas son una medida más, que mitiga las olas epidémicas. Las olas epidémicas ocurren cada cierto tiempo y provocan un número de contagios elevado y lo que tenemos son diferentes medidas para aplanar esa curva. En las primeras olas lo hemos hecho a base de medidas no farmacológicas. Ahora, teniendo las vacunas hemos aplanado muchísimo más la curva, pero las vacunas sobre todo evitan la enfermedad grave, pero un poco menos los síntomas leves y la transmisión. Y ahora que tenemos las vacunas, las medidas no farmacológicas se han relajado".
Para el doctor Jose Antonio Navarro hay múltiples causas que explican esta escalada de contagios, pero la principal es la caída de la efectividad de las vacunas, ante los contagios, con el tiempo: "Las vacunas que manejamos, su protección contra la transmisión (no contra la enfermedad grave), no es muy larga en el tiempo. Y hay mucha población que hace ya mucho tiempo que recibió la pauta completa, por lo que esa protección contra la transmisión ha ido descendiendo. Eso ha hecho que aumenten los contagios, unido a que esa infección ataca también a esa población que no se ha vacunado, que en España son en torno a un 10 o 12%. Y otro factor importante es por la relajación de las medidas no farmacológicas: el uso de mascarillas, la distancia de seguridad.
Aun así, la situación en España es mucho mejor que en otros países como Alemania y Reino unido y para Pedro Gullón la causa está clara: "Sigue habiendo picos de transmisión y el hecho de que en España no alcance los datos de otros lugares como Reino Unido o centro Europa se debe a que aquí tenemos un nivel de vacunados más alto y que algunas medidas, como el uso de la mascarilla, aquí se sigue utilizando de manera muy generalizada, no como en estos otros países donde se abandonó hace tiempo o nunca se llegó a implantar de manera masiva”.
La vacunación infantil comenzó esta semana en nuestro país y, para los expertos consultados, es una medida más que ayudará a frenar los contagios de esta ola que estamos sufriendo. Para Pedro Gullón "el grupo de los menores no estaba vacunado y por eso es el grupo que acumula actualmente más incidencia. Su vacunación va a permitir bajar esas estadísticas y sobre todo, ayudará a frenar en parte la transmisión, ya que los niños son un grupo burbuja, sino que están en contacto con otros grupos y pueden ser transmisores del virus".
Aunque positivo, el doctor Jose Antonio Navarro advierte de que la vacunación infantil no debe distraernos de impulsar la vacunación de los llamados 'grupos diana': "La estrategia siempre ha sido muy clara. Es fundamental vacunar primero a la población diana, a esa parte de la población diana que no se ha vacunado, los mayores de 60 años, el personal sanitario… Y después ya como otra prioridad se puede comenzar a poner la nueva dosis a más población, como ahora a la población a partir de 50 años que, unido a la vacunación infantil intenta conseguir disminuir la circulación del virus y disminuir los contagios a escala poblacional. Son muchas las medidas que se aplican a la hora de vacunar. Pero hay que tener un cierto nivel de priorización en función de la vulnerabilidad de los colectivos”.
A pesar del avance de la vacunación, los expertos coinciden en recomendar no dejar de lado las medidas no farmacológicas que tanto nos ayudaron a frenar la pandemia cuando no contábamos con las vacunas. Para el doctor Jose Antonio Navarro está claro: "Aunque sea duro, mantener las medidas no farmacológicas, fundamentalmente el uso de mascarillas y la distancia social, es clave. Llevamos toda la pandemia dando estos consejos, pero a la vista de lo que hemos vivido el pasado Puente de la Constitución y lo que puede venir en Navidad, hay que seguir insistiendo en que se sigan aplicando estas medidas porque hay mucho en juego”.